El pasado 1° de febrero, con la presencia de la comunidad, inauguramos en el sector El Delirio, de San José de Barlovento, la segunda Fiscalía Municipal de Miranda. De esa manera, contamos ahora con siete dependencias de ese tipo, las cuales han sido creadas en varias partes del país durante mi gestión frente al Ministerio Público.
Esas nuevas instancias se crean no sólo para cumplir con lo establecido en el artículo 55 de la Ley Orgánica del Ministerio Público, referido a garantizar la presencia de la institución en los diversos municipios del país, sino también como muestra de nuestra vocación de servicio, sensibilidad social y conciencia de acercar la justicia cada día más al pueblo.
Y es que las fiscalías municipales nacen con el objetivo de atender a la gente y promover, junto con las comunidades, mecanismos para controlar y minimizar la violencia y los hechos delictivos, en una corresponsabilidad entre pueblo y Estado.
De esa forma, el fiscal municipal deja las oficinas de las grandes ciudades para estar permanentemente en las comunidades, a fin de hacer cumplir la ley en aquellos lugares donde ocurren los delitos que más afectan a las familias y los cuales, por comportar penas que no exceden los tres años de prisión, eran marginados por la justicia, al punto de ser considerados «de bagatela».
En los actos efectuados con motivo de las inauguraciones de esas dependencias, hemos expresado que estamos sembrando las fiscalías municipales en todo el país y que entregamos el corazón entero para fortalecer los valores esenciales como la justicia, la solidaridad y la igualdad.
Los directores, fiscales y demás funcionarios del Ministerio Público cada día tienen mayor conciencia de que hay que afianzar nuestra vocación de servicio, para que en cumplimiento de nuestro deber, como parte del sistema de justicia, buscamos que esa institución se funda con el pueblo.
Es por ello que a nuestros servidores públicos no les está permitido dejar a los ciudadanos sin la atención debida.
Tienen que escuchar sus planteamientos o reclamos, y ofrecerles respuestas oportunas. Las excusas deben ser nulas a la hora de ser requeridos por nuestros connacionales, mientras que las soluciones a los casos planteados, independientemente de su complejidad, tendrán que ser la constante. (Ultimas Noticias; 04.02.2011)