Por Luis Zambrano
La posibilidad de afirmar la existencia de unos “derechos humanos” que preserven, enaltezcan, potencien y permitan la protección de la dignidad de la persona ante la posibilidad de su negación por parte del cualquier gobierno o personalidad capaz de ejercer el poder de manera arbitraria; Hay que potenciar el marco de acción de los individuos, resguardad su capacidad de llevar a cabo proyectos de vida, libremente decididos, consensuados, deliberados, dialogados y decididos en un marco social, de seres semejantes entre sí: con parecidos intereses, esperanzas, experiencias vergonzosas, logros, amores perdidos, reconquistas, entre otras expresiones… Los derechos humanos son un logro histórico de los seres humanos en su afán de buscar mecanismos de convivencia que contribuyan a la vida cívica en sociedad…
El mecanismo de convivencia privilegiado por excelencia, es la democracia: Ese marco político- social, que se fundamenta en discursos discutibles, revocables, voluntarios; humanamente acordados, que permite la participación, lo más igualitaria posible, de las personas en asuntos públicos relacionados a la vida en sociedad; a la vida entre humanos.
La participación en los asuntos públicos requiere que las personas se hagan responsables de las decisiones que toman, de las acciones que realizan, y de cumplir la palabra dada o estar dispuesto a debatirla y rectificarla en caso de que así sea necesario. La idea de responsabilidad está vinculada a la noción de libertad humana, sólo los humanos podemos hacernos responsables de nuestras acciones, de deliberar sobre la pertinencia de las mismas y elegir realizarlas o no.
¿Cómo la logran participar las personas en los asuntos públicos?
Por medio de la política, que en palabras de Fernando Savater “tiene que ver con el sujeto que se sabe libre y, por tal razón, debe ponerse en acuerdo con los demás”. Pues bien, Las personas deben buscar maneras de fortalecer las instituciones políticas en las sociedades en un marco ético- político que sustente su pleno desarrollo. A mi modo de ver, en democracia este marco lleva por nombre Constitución Nacional.
Y todas las constituciones, de países democráticos, contienen el reconocimiento a los derechos humanos, ya que se requiere, la participación libre de las personas; en su carácter de agentes políticos, en los asuntos públicos, la existencia de derechos que son comunes a todos; unos derechos que son consciente y voluntariamente concedidos por los humanos entre sí.
Entre los derechos básicos contenidos en la “Declaración Universal de Derechos Humanos”, están los de igualdad, libertad y el reconocimiento de la dignidad humana, independientemente de la herencia biológica, cultural o social recibidas al nacer.
Pues, lo anterior permite regresar a la pregunta inicial de este escrito: ¿Cuál es la relación entre la dignidad humana y los derechos humanos?
Hasta el momento se ha afirmado que el marco político- social que permite el desarrollo de la personalidad humana a plenitud es la democracia. Y a que se refiere esto; pues, a la capacidad de los humanos de reconocerse como tales, de su posibilidad de equivocarse o aceptar la vida que ellos buscaran elegir conscientemente. Es decir, de ser éticos: Una ética asumida como el fundamento racional de la democracia, en palabras de Savater, una ética entendida como “una actitud, una reflexión individual sobre la libertad propia en relación con la libertad de los demás y con la libertad social en que nos movemos”.
La dignidad humana supone la posibilidad de ser éticos, de poder preocuparnos por nuestra fragilidad, por nuestra condición de ser únicos, irrepetibles, libres, con capacidad de querer según su voluntad y dejarse querer, e, irremediablemente, mortales; de allí que está preocupación se relaciona con los demás, porque sólo la persona puede realizarse a plenitud entre otras personas. “Para conocernos a nosotros mismos necesitamos ser reconocidos”.
Fernando Savater, nos ofrece una descripción, en su ética como amor propio, de esa condición de la persona “es una voluntad que se quiere así misma, que quiere conservarse y perseverar, quiere potenciarse, quiere experimentar la gama de posibilidades en busca de las más altas, quiere transmitirse y perpetuarse…es decir, una ética del amor propio”
Pues, creo que está es una definición de lo que se pudiera entender como dignidad humana, la principal tarea de los seres humanos es “hacerse durar” en el tiempo, no como una sustancia inmaterial que ansía una existencia en otras vidas, más bien, como un sujeto que quiere y aspira vivir plenamente está vida, la actual, la de este mundo. Y esto nos conlleva a reconocer en la existencia humana, una dimensión ética que se relaciona con una dimensión social, una dimensión corpórea y una dimensión reflexiva que constituye al individuo como un todo, superando así la concepción que asume al ser humano como un ente que ya tiene una esencia “prefijada” y que ha servido de sustento de prácticas políticas totalitarias que anulan la posibilidad del desarrollo de las personas ya. Por ejemplo, Las sociedades que se rigen solamente por dogmas religiosos y a partir de ellos se intentan configurar los modos de vida que deben llevar a cabo los ciudadanos
El sustento humano que da vida a la democracia; y por consecuencia al planteamiento de los Derechos Humanos, no proviene de ninguna autoridad supra-humana ni de instancias impersonales… “el sustento de la democracia, que la legítima, la hace posible, plena proviene de la dimensión consciente y creadora de la personalidad humana, del reconocimiento de su autonomía; que le permite trazar sus propios planes de vida y compartirlos con los demás.
07.02.11 Luis Zambrano Aporrea