Una falla en la línea de transmisión Yaracuy-El Tablazo, en el occidente del país, dejó sin energía a diez estados. La caída se tradujo en una salida de 3 mil megavatios de potencia y recuerda a los usuarios que persiste la crisis eléctrica, supuestamente superada a inicios de este 2011 a juzgar por el discurso oficial, según informó el diario Correo del Caroní.

El jefe del Centro Nacional del Despacho del Ministerio de Energía Eléctrica, Igor Gavidia, informó que la falla se produjo, primero, a la 1:30 de la tarde y luego a las 2:30 de este lunes.

Luego de reconocer el percance declaró: “hemos recuperado el 90 por ciento de la carga afectada en ambos eventos. Estamos trabajando con la premura y firmeza necesaria para garantizar la estabilidad del sistema. Todo está prácticamente resuelto”.

Los estados afectados fueron Barinas, Táchira, Mérida, Trujillo y parte del alto Apure casi en su totalidad. Zulia, Yaracuy, Portuguesa, Cojedes y Lara presentaron ausencia parcial del servicio.

El experto en energía y consultor internacional, José Aguilar explicó que lo ocurrido ayer seguirá sucediendo porque el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) está siendo manejado inadecuadamente y a “riesgo”.

Detalló que no hay la potencia necesaria en el país para atender la elevada demanda de la población, que creció con respecto al 2010. Para compensar el déficit y valiéndose del caudal del río Caroní “se violan los límites de transmisión, y sin importar el tipo de falla que sea, el sistema no tiene la flexibilidad de recuperarse y se va, como ocurrió”.

Problemas recurrentes
Indicó que para saber las verdaderas causas del apagón debe esperarse el informe de la falla. Más sin embargo considera que el suceso se produjo por las situaciones que desde hace meses ha alertado y es el resultado de “manejar con criterio político y no técnico” la contingencia.

El ocultamiento de la información, la salida de la web de la página del Centro Nacional de Gestión – donde se muestran los datos del sistema eléctrico-, el rezago en las obras prometidas, la desincorporación de megavatios por falta de mantenimiento, la sobreexplotación del embalse de Guri y la inversión inadecuada de los recursos son algunos de los problemas detectados por Aguilar.

Reconoció el analista que la población muy poco puede hacer para logar que el SEN funcione correctamente, aunque sostuvo que protestar y exigir los derechos como usuarios puede ser una posibilidad para presionar.

“El mayor problema es de tipo político, obviamente hay problemas electromecánicos pero vienen por el mal manejo, por la falta de profesionalismo, porque no se ejecutan las obras a tiempo, porque se le miente al país”.

El más grande temor del ingeniero es que en los próximos meses llegue el estiaje -baja de caudal- en el Caroní, lo que impediría que la central hidroeléctrica Simón Bolívar siga aportando sin contratiempos la energía.

“Quedan 215 días a los que vamos a estar sujetos en mayor o menor medida a lo que estamos viviendo, y en eso se incluye vivir apagones de amplio espectro. El país creció, la demanda es agresiva, el país pide 18.500 megavatios de demanda y no tiene cómo hacerlo, estamos graves y podríamos estar peor”, sentenció. (Natalie García, Correo del Caroní, 10.05.11)

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