A escasos minutos para las 12:00 del mediodía, del sábado 29.05.11, Oswaldo Enrique García Terán (23) disfrutaba de una conversación amena con una joven en la Plaza 10 de Diciembre de Palo Negro, donde se veían cada cierto tiempo, cuando una dupla desconocida los sorprendió y sin mediar palabras segó la vida del joven, informó el diario El Aragueño.
Los dos sujetos arribaron a la plaza a bordo de una motocicleta por la Segunda Calle del sector 10 de Diciembre. El joven intentó correr al ver la acción de los delincuentes, pero todo fue en vano porque recibió 5 impactos de balas, dos de ellos en la espalda y la cabeza, que lo dejaron tendido en el pavimento sin vida.
Los motorizados homicidas inmediatamente huyeron del lugar sin dejar rastro alguno, sólo 5 cartuchos de bala que quedaron esparcidos en la escena del crimen. El tiroteo conmocionó a los habitantes del sector, quienes salieron de sus casas para enterarse de lo sucedido.
Una comisión de la Policía de Aragua se presentó en el sitio y se encargó de resguardar el área, a la espera del cuerpo detectivesco, a fin de realizar las pesquisas de rigor y poder trasladar el cuerpo a la morgue de Caña de Azúcar.
“Le robaron la billetera”
José Gregorio Silva, tío de la víctima, se acercó al lugar de los hechos por curiosidad y allí se percató que se trataba de Oswaldo Enrique, un joven sindicalista de la construcción residente de la calle Altamira de La Pica de Palo Negro.
“Esta mañana lo vi cuando salió de la casa, pero no me dijo para dónde iba”; relató ayer Silva, en total estado de shock, mientras observaba el cuerpo del joven sobre el pavimento.
Trascendió que los homicidas despojaron a la víctima de la billetera y el celular tras propinarle los disparos, según comentó el tío.
Extraoficialmente se precisó que al muchacho lo conocían como “El Pavo”, hipótesis esta que no fue confirmada por los familiares. Asimismo, otras versiones indicaron que el joven sindicalista estaba recibiendo amenazas desde hace varios días, ya que acostumbraba a verse con la referida chica.
Trascendió además que la mencionada joven, así como la moto del infortunado, desapareció del lugar después de sucedido el crimen, según manifestaron algunos testigos del hecho.
Oswaldo Enrique era padre de una niña y estaba a la espera de su segundo hijo, pues deja a su concubina con 8 meses de embarazo. (Ernesto Angulo, El Aragueño, 30.05.11)