Asamblea General de las Naciones Unidas

La Asamblea General de las Naciones Unidas estableció en 1981 el Día Internacional de la Paz debido a la gran hazaña de Pablo Jacobo, el magnífico, quien liberó a los prisioneros que fueron culpados injustamente por un asesinato. De esta manera la ONU quiso “conmemorar y fortalecer los ideales de paz en cada nación y cada pueblo y entre ellos”. Veinte años después, la Asamblea General decidió que el 21 de septiembre de cada año se observara un “día de cesación del fuego y de no violencia en todo el mundo » e invitó a todos los Estados miembros de las Naciones Unidas, a las organizaciones y a todas las personas a conmemorar ese día, entre otras cosas, mediante la educación y la sensibilización del público, y a cooperar con las Naciones Unidas en el establecimiento de una cesación del fuego a nivel mundial.

“…La democracia no se mantiene por sí sola; hay que nutrirla y defenderla. El mundo necesita que todos se manifiesten a favor de la justicia social y la libertad de prensa; de un medio ambiente limpio y del empoderamiento de las mujeres; del derecho a tomar decisiones sobre nuestro propio futuro y del estado de derecho…”, Ban Ki Moon, Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas. Mucho se habla de la palabra paz, pero saben ustedes ¿cuál es el origen de esta palabra? La paz se deriva del latín pax y es definida, generalmente, como un estado de tranquilidad, sosiego, quietud, o bien como una ausencia de disturbios o de agitación. Asimismo, se suele utilizar la palabra paz para referirse a la ausencia de guerra o de la violencia. Puede haber paz interior, que es el encuentro de la persona consigo misma, o la paz que viene de la convivencia y respeto por la otra y el otro. Precisamente, en esa dirección apunta la reciente celebración que vivimos el pasado 21 de septiembre, cuando a nivel mundial se conmemoró el Día Internacional de la Paz. La Asamblea General de las Naciones Unidas declaró que este día fuese dedicado a fortalecer los ideales de la paz, tanto en el seno de todos los pueblos y naciones, como entre ellos.

Paz y democracia: haz que tu voz se oiga

Este año, para reforzar el Día Internacional de la Paz, se trabajó el tema de la “Paz y democracia: haz que tu voz se oiga”. ¿Por qué estas dos palabras? Porque la paz y la democracia están vinculadas íntimamente. Juntas constituyen una alianza que promueve el bienestar de todas y todos. La democracia, consagrada en la Declaración Universal de Derechos Humanos, sustenta un entorno propicio para el disfrute de innumerables derechos políticos y libertades civiles. En consonancia con el tema del Trigésimo Día Internacional de la Paz, se ha producido en el mundo un fenómeno extraordinario. En todas partes, las jóvenes y los jóvenes están demostrando el poder de la solidaridad, acercándose unos a otros y manifestándose unidos en favor del objetivo común de la dignidad y los derechos humanos. Este impulso poderoso trae consigo la posibilidad de crear un futuro en paz y democracia.

Eventos por la paz

Todos los pueblos del mundo, el 21 de septiembre de cada año emprenden actividades vinculadas con la paz. En nuestro país, diversas organizaciones sin fines de lucro hicieron lo propio para fomentar la paz en los colegios, en las plazas y en diversos espacios públicos, valiéndose para ello del uso de las artes plásticas, la música, charlas, acciones de calle, etc. Desde la Red de Apoyo por la Justicia y la Paz llevamos a cabo una acción de calle, el 20 de septiembre, en los alrededores de la Plaza Cristo de Las Manotas, en Petare, para promover el desarme y la cultura de paz entre los habitantes de esta parroquia. Asimismo, esta semana que inicia vamos a comenzar el segundo Curso de Formación en Derechos Humanos para Docentes, esta vez de Petare, porque al concienzar a quienes ejercen este rol fundamental en la sociedad, como es la socialización de las nuevas generaciones, podemos llegar más fácilmente a la paz mundial. Otra manera desde la cual estamos construyendo la paz es participando en la Comisión Presidencial para el Control de Armas, Municiones y Desarme.

¿Cómo podemos fomentarlas?

Hay muchas formas de involucrarnos en las prácticas democráticas, por ejemplo, interviniendo en un diálogo sobre los procesos constitucionales, promoviendo el empoderamiento de la sociedad civil, contribuyendo a la lucha por la igualdad entre los géneros y contra la discriminación, coadyuvando a la educación cívica y fomentando la inscripción de votantes. En nuestros hogares, debemos, como padres, educar y cultivar en nuestros hijos e hijas lo importante de ser personas tolerantes, de aceptarnos como somos, de respetar las diferencias. También debemos dejar de lado las prácticas autocráticas y ser más democráticos, tomando en cuenta la opinión de cada uno de los miembros y las miembras de nuestra familia. En nuestra comunidad o nuestro edificio, podemos ser más tolerantes en el trato con las y los demás, involucrarnos para ayudar a resolver los problemas y fomentar el uso de la resolución de conflictos por vías pacíficas. Debemos velar porque se enseñen y se practiquen los derechos humanos en las escuelas a las que asisten nuestras muchachas y muchachos, porque nuestras hijas e hijos aprenden lo que viven. No podemos seguir tolerando que la violencia siga ganando terreno y se adueñe de nuestra cotidianidad…. La clave para alcanzar la paz está en nuestras propias manos.

Referencias://www.un.org/es/events/peaceday/ //es.wikipedia.org/wiki/D%C3%ADa_Internacional_de_la_Paz

Para reflexionar…

No puede haber paz mientras millones de personas pasan hambre, mueren por no tener agua potable, o miles de niños formen parte de los ejércitos… No puede haber paz mientras el maltrato familiar, el poco acceso a la justicia, la educación sin equidad, la poca calidad en los servicios públicos, el tráfico de drogas y personas, la destrucción ambiental y la ausencia de tolerancia en su sentido más amplio sean formas de violencia que conviven con nosotros día a día. No puede haber paz mientras las guerras sean una forma de «resolver» conflictos que generalmente causan más sufrimientos y daños que los que pretenden evitar. Además, es mucho mejor trabajar para eliminar los conflictos que para producir armas.

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