Ellas sufren sus efectos cuando son agredidas por sus compañeros sentimentales, quienes usan el arma como elemento intimidatorio y de dominación. Asimismo, no solo padecen la pérdida de sus hijos, maridos o padres por la violencia armada, sino que a menudo, asumen la búsqueda de justicia ante los organismos competentes, sobreponiéndose al dolor

 

Las armas ligeras y pistolas casi nunca son fabricadas, importadas, exportadas, compradas o vendidas por mujeres. Sin embargo, eso no las libra del inmenso impacto que las armas tienen en sus vidas. Las mujeres sufren los efectos de las armas cuando son agredidas por sus compañeros sentimentales u hombres cercanos de la familia, quienes usan el arma como elemento intimidatorio y de dominación. Asimismo, las mujeres, no solo sufren la pérdida de sus hijos, maridos o padres u otro familiar debido a la violencia armada, sino que a menudo, asumen la búsqueda de justicia ante los organismos competentes, sobreponiéndose al dolor. De esto podemos dar fe en la Red de Apoyo por la Justicia y la Paz, pues acompañamos a víctimas y familiares de víctimas de abuso policial y militar en su lucha por alcanzar justicia.

 

Hablan las víctimas

 

“He pasado por la muerte de un hijo a través del uso de las armas a manos del Estado…. Las estadísticas dicen que entre los grupos etarios entre 19 a 25 años, varones y de escasos recursos, están las principales víctimas de la violencia armada, pero yo considero que las mujeres también somos afectadas, pues nosotras somos las que luchamos en la búsqueda de justicia; y aun después de estar enterrado nuestro familiar, las idas al cementerio también corren por nuestra cuenta. Seguimos siendo madres aún después de la muerte. Es un duelo eterno que nunca acaba”, dijo Raquel Aristimuño, familiar de víctima que acompaña la Red de Apoyo. Otro testimonio cercano a la Red de Apoyo nos lo da Cila Romero, cuando afirma: “He perdido dos hijos y un nieto por culpa de la violencia armada; de ellos, uno fue muerto por funcionarios de Polivargas. Lucho contra la impunidad y porque se haga justicia, aunque a veces cuando me siento triste lloro, pero sigo adelante por mis otros hijos, nietos y bisnietos”. También, las mujeres sufren las consecuencias de las armas en sus vidas cuando, de la noche a la mañana, les toca asumir el soporte económico de sus familias porque sus familiares varones son asesinados, o tienen que convertirse en cuidadoras a tiempo completo, cuando sus esposos o hijos son heridos o quedan discapacitados por la violencia armada. “Yo llevo 33 años trabajando en el Hospital Militar. Soy abogada y enfermera. Yo quería hacer una especialidad en mi carrera de abogada, pero desde que murió mi hijo tengo la responsabilidad de sacar adelante a mis dos nietos: uno de 17 años y otro de 4 años…”, señala Sonia Cabrera, familiar de víctima que acompaña la Red de Apoyo.

 

Violencia fuera del hogar

 

Incluso en algunos sitios de trabajo, las mujeres también pueden ser víctimas de la violencia con armas. “Las mujeres más afectadas en el campo laboral por las armas son las enfermeras; frecuentemente, son violentadas cuando les traen un herido y les dicen que a juro tienen que atenderlo y que ellas mismas lo operen, como si ellas tuvieran esa responsabilidad. Y les dicen que las matarán si se muere el paciente. Lo mismo les pasa a las médicas. Y, a parte de las amenazas, a veces son heridas por armas de fuego”, resalta Raquel Aristimuño, familiar de víctima que acompaña la Red de Apoyo. Por otro lado, como comenta César Marín, activista y miembro de la Red Internacional de Acción Sobre las Armas Pequeñas (IANSA), son a menudos las mujeres las que asumen el peso de la reconstrucción de la sociedad en periodos de post guerra, lo cual muchas veces trastoca sus propios proyectos de vida.

 

A veces propician uso de armas

 

Las mujeres no son únicamente víctimas o sujetos pasivos frente a las armas de fuego. “Las actitudes de las mujeres pueden en algunos casos contribuir a los poderosos condicionamientos culturales que motivan a los hombres a tener armas. Incluso, algunas mujeres juegan un rol activo en el ciclo de la violencia armada masculina, cuando trasportan, esconden o contrabandean armas” (1). De igual manera, una mujer que tiene poco acceso al poder o a los recursos puede pensar que lograría cambiar su vida si se relaciona con un hombre que posea o use un arma de fuego, por lo que se inclina hacia este tipo de parejas. Esto hace que los hombres jóvenes crean que para ganar estatus y la compañía de una mujer es indispensable tener un arma. Por otro lado, también hay mujeres que son combatientes armadas y forman parte de los ejércitos de los países o participan en grupos irregulares o hasta en pandillas y bandas criminales. No obstante, son muy comunes los casos donde, a pesar de portar un uniforme, tener un arma y cometer actos de violencia, las mujeres militares no escapan de la desigualdad y al abuso.

 

Fuentes consultadas

 

Comisión Presidencial para el Control de Armas, Municiones y Desarme. Consulta Nacional por una Convivencia sin Armas. Caracas, 2011. desarmando-la-violencia-domestica/ /desarmando-la-violencia-domestica/ César Marín. Más seguras con menos armas, El Universal. Caracas, 12 de septiembre de 2011. Hombres, masculinidad y armas de fuego. Red de Mujeres de IANSA.

 

¿Qué podemos hacer?

 

El impacto de las armas sobre la vida de las mujeres es un tema que se ha colocado en la agenda de organismos y organizaciones internacionales, tales como la Organización de Naciones Unidas (ONU), la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Unión Europea, y que se está trabajando fuertemente desde las organizaciones de la sociedad civil nacionales, regionales e internacionales. Sin embargo, en nuestro país es fundamental que avancemos hacia una política integral de control de armas y municiones, la cual permitirá que, al haber menos armas circulando, disminuyan sustancialmente las mujeres heridas o muertas por ellas.

 

Datos

 

Por cada mujer asesinada o herida por bala, muchas más son amenazadas.

 

Una casa en la que hay armas de fuego puede resultar más atractiva para los delincuentes.

 

Las armas de fuego hacen que la violencia doméstica sea letal. Sin embargo, las leyes de la mayoría de los países no requieren que la policía confisque las armas de perpetradores de violencia doméstica

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