Desde el pasado viernes 3 de febrero, cuando la gente de PDVSA se ausentó para celebrar en Caracas, el golpe fallido del 4 de febrero de 1992, en la población de Jusepín, campo petrolero fundado hace aproximadamente unos 74 años y ubicado al noroeste de Maturín, capital del Estado Monagas, se produjo una explosión en el oleoducto por exceso de presión. Presuntamente, la causa fue la falta de supervisión en los controles que evitan este tipo de accidentes en la industria petrolera. Este es el mayor derrame de crudo que se ha visto en la zona de Monagas y el tercero en los dos últimos meses. Los anteriores fueron el derrame en la zona de la pica y la explosión del taladro CPV 15. Todavía no hay explicación oficial para ninguno de los tres.

INFORMACIÓN EXTRAOFICIAL
De acuerdo a fuentes informales hay una fisura en la tubería que no fue atendida a tiempo y por eso es que se produce el estallido. Una investigación seria permitiría demostrar la veracidad de esta información. Pero además una vez producido el estallido no se cumplió con el procedimiento correspondiente de cerrar las válvulas que controlan el flujo del crudo por el oleoducto y las acciones se tomaron casi un día después de ocurrido el accidente.

El Complejo Jusepín, es una instalación dedicada al tratamiento y almacenamiento del petróleo proveniente, en su mayor parte, del campo El Furrial. La producción de los pozos, se unen en «los múltiples de recolección» equipados con válvulas que permiten el cierre inmediato de la producción enviada al Complejo Jusepín. Es decir que la primera medida debió ser cerrar el flujo del Furrial y disminuir el volumen de petróleo entrante al Complejo Jusepín y contener el petróleo derramado e impedir que llegara a los ríos aledaños.

De acuerdo a la información recibida extraoficalmente, varias de las válvulas no pudieron operarse ni de manera automática ni manual. ¿Que paso entonces con el mantenimiento y los planes de contingencia en un campo con más de 70 años de experiencia? Habrá que preguntarle a Félix Merchán actual gerente de la división Furrial.

PICA Y SE EXTIENDE
Quince hectáreas tiene aproximadamente «la zona inicial del accidente» que se apoderó de inmediato del mayor río de la zona de Monagas: El Guarapiche, principal surtidor del agua para casi toda la población, la agricultura y la ganadería de la zona. Hoy, desde cualquier parte de Maturín y/o Jusepín se puede observar la destrucción de este importante río. Las autoridades lejos de ventilar la situación y aportar la información a la cual todos tenemos derecho, afirman que «la situación está controlada y que en una semana todo volverá a la normalidad». Hoy se cumplen 10 días y el crudo, según información extraoficial ya llegó al Río San Juan y va camino al Atlántico.

EL AGUA
Según el gobernador Briceño se requieren 2 millones 500 mil lts diarios, que en cisternas son 208 de las cuales PDVSA esta aportando 6 de las 50 que están activas para afrontar la crisis. Siguen suspendidas las clases en cinco municipios. Los organismos regionales están trabajando en un horario especial para paliar la situación. El hospital Universitario Manuel Núñez Tovar también tiene el agua suspendida. Los agricultores temen la pérdida de sus cosechas y los ganaderos podría perder sus reses, pero por los momentos se atendiendo a la población y el gobernador esta buscando recursos para ayudar a los agricultores que pierdan sus cosechas.

EL TEMA SANITARIO
La contaminación no es sólo física en la tierra y en el agua, es también en el aire por los «olores» que desprende el crudo liviano, los famosos anillos de benceno (cancerigenos) y el consabido azufre. Por ello las autoridades sanitarias ven con preocupación lo que pueda presentarse. El derrame que avanza 40 kms por día está contaminando poblados y barriadas y se detecta hasta en el área donde se desarrolla el comercio de Maturín.

Eso sin mencionar la inflamabilidad de ese crudo liviano. PDVSA está reclutando obreros quienes por Bfs. 1000, sin preparación, sin ropa adecuada y sin ningún equipo de seguridad establecido para estas labores, se lancen a contaminarse, perdón a sacar el petróleo, sin el resguardo necesario para su salud. Se supone que la Guardia Nacional es el cuerpo entrenado para enfrentar contingencias ambientales junto con PDVSA, pero además de obreros, están utilizando a soldados del Ejército. Repetimos, el Hospital Universitario Manuel Núñez Tovar tampoco tiene agua. Expertos consultados opinan que se necesitarán por lo menos 3 meses para controlar el problema.

VISITA DE DIPUTADOS
La Comisión de Energía y Petróleo de la Asamblea Nacional a través del diputado Juan Pablo García (PSUV) dijo que se harán presentes en Monagas a fin de investigar este derrame, el de la zona de la pica y la explosión del taladro CPV 15. La visita estará presidida por F. Soto Rojas. Según el Gobernador Briceño el Ministerio del PP para el Ambiente de la región «se dedica es a echar vaina». Aún se desconoce cuanto crudo se derramó. (María Eugenia Gil, Tal Cual, 13.02.12)

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