Detener la violencia contra las personas por su orientación sexual. La oficina regional de Onusida para América Latina emitió un comunicado deplorando la muerte del joven gay chileno Daniel Zamudio, sumándose a las manifestaciones de repudio del Sistema de Naciones Unidas en Chile y de otras organizaciones chilenas e internacionales. Daniel Zamudio, de 24 años, había permanecido hospitalizado por 25 días, después de sufrir un violento ataque y torturas por ser homosexual. Onusida expresó su «profunda preocupación por las frecuentes denuncias que recibe desde organizaciones de derechos humanos de América Latina sobre casos de muertes, desapariciones y violaciones a los derechos humanos dirigidas contra las personas por su orientación sexual e identidad de género», recordó a los países de Latinoamérica que «se han comprometido a proteger y garantizar los derechos de todos los individuos y reitera que es urgente poner un alto a los actos de violencia contra lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersexuales».
Lo ocurrido en Chile pone de manifiesto, como lo expresa Mary Guinn Delaney, especialista en VIH/Sida para América Latina de la Unesco, la necesidad de erradicar la intolerancia mediante planes de educación sobre diversidad sexual en la escuelas. Luego de estudiar situaciones de bullying homofóbico en diversos países, Delaney aseguró que la etapa escolar es una oportunidad para intervenir en estos procesos que podrían resultar muy negativos: «Entendemos la homofobia como un comportamiento adquirido, no es una cosa innata, se da por ciertas condiciones sociales, actitudes que se pueden cambiar. Y la escuela nos da una oportunidad esencial para usar el tema de la homofobia, el respeto y valoración de la diversidad e inclusión».
La agonía y muerte de Daniel Zamudio han producido una fuerte presión social en Chile, que esperamos también se genere en Venezuela, sobre la necesidad de materializar una Ley contra la Discriminación, que tipifique delitos y defina penas a quienes manifiesten conductas racistas, homofóbicas o discriminatorias, particularmente en el ámbito laboral, educativo y en agresiones callejeras.
Cambios en la Gerencia General del Fondo Mundial. Hace siete semanas, Gabriel Jaramillo, con más de 35 años de experiencia en el sector financiero, asumió la dirección del Fondo Mundial para el Sida, Tuberculosis y Malaria. Según Jaramillo, «El Fondo tiene una característica que lo distingue del resto de entidades multilaterales en el mundo de la salud y es que el impacto que ha tenido ha sido realmente diferenciado en términos de vidas que ha salvado (… ) El Fondo tiene efectos colaterales enormes porque sentamos en la misma mesa a los altos directivos de un Gobierno con representantes de la sociedad civil, de las poblaciones más marginalizadas, que no reciben atención en los debates importantes del país, y obliga a que se pongan de acuerdo».