El representante para Suramérica de la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los DDHH, Amerigo Incalcaterra, expresó su preocupación por la reciente “ola de violencia” en las cárceles de Venezuela, que en los últimos días se ha cobrado la vida de varios reos.

En un comunicado difundido en Santiago de Chile, el organismo recuerda que desde fines de enero al menos ocho prisioneros han fallecido en circunstancias violentas en cárceles de Venezuela y otras de Suramérica.

“Estos hechos reflejan un patrón alarmante de violencia carcelaria en la región, que es una consecuencia directa de, o se ve agravada por, entre otras cosas, las condiciones precarias de detención”.

Éstas incluyen el hacinamiento crónico, la falta de acceso a los servicios básicos tales como espacio suficiente, agua potable, alimentos, atención médica, y la falta de estándares básicos de saneamiento e higiene, añadió el representante de las Naciones Unidas.

Las malas condiciones en las cárceles suramericanas “se ven agravadas por las demoras judiciales y el recurso excesivo a la prisión preventiva”.

El representante regional recordó que las referidas condiciones han sido criticadas en repetidas ocasiones en varios informes de las Naciones Unidas, e instó a los gobiernos de la región a aplilcar las recomendaciones hechas por los organismos internacionales. Además, los estados tienen la obligación de garantizar que las condiciones de detención sean compatibles con la prohibición de la tortura y los tratos crueles, inhumanos o degradantes.

INVESTIGACIÓN

Se debe investigar muy seriamente lo ocurrido en la Calabozos de la Division de Capturas CICPC, según nota de prensa, “La mañana del sábado falleció en el hospital Pérez Carreño Yorman Hernández, de 28 años. Estuvo 13 días detenido en los calabozos del CICPC en El Rosal. Ingresó la tarde del 15 de marzo y ese mismo día, según sus familiares, los efectivos empezaron a llamar a su padre, Francisco Hernández, para pedirle 60 mil bolívares a cambio de su libertad, Mirben Messia, cuñada de Yorman, explicó que la familia está muy indignada porque considera que “la corrupción sigue operando” en esa policía. Contó que solo pagaron 3 mil bolívares para que lo mantuvieran aislado en las celdas del Cicpc, ya que no contaban con más dinero. Hicieron el pago, porque Yorman había resultado herido de bala en la cabeza, el 4 de marzo. Requería de un tratamiento médico especial. Sin embargo, los funcionarios se negaron a que la familia ingresara al calabozo para realizarle las curas que ameritaba. Eso explicó la cuñada de la víctima. Desde ese día, estuvo recluido en el hospital Pérez Carreño hasta el 12 de marzo. Le asignaron un tratamiento especial y chequeo constante. Una vez en su casa, dos días después, su amigo Yorvis Coronel (27) lo fue a visitar. En ese momento fueron sorprendidos por una comisión del Cicpc que ingresó a la vivienda y se los llevó detenidos, acusándolos de haber cometido un homicidio. Esa misma noche, los efectivos pidieron el dinero para liberar a Yorman. Como no hubo acuerdo, lo ingresaron al Cicpc en El Rosal. Se conoció, que efectivos de la División, solicitaron Bs 5 mil para mantenerlo aislado, pero como la familia se negó lo metieron en la celda llamada “el Fogón”. Allí convulsionó varias veces y se le infectó la herida, lo que le causó la muerte”. (Humberto Prado, Conflictove, 11.04.12)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *