No es la primera vez que el presidente Hugo Chávez amenaza con retirar a Venezuela de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Pero sí ha sido la única ocasión en la pidió que se hicieran los trámites necesarios para la salida del país del organismo internacional.
La razón que esgrimió el mandatario fue la misma de siempre: el Imperio. Aunque Estados Unidos no forme parte de la CIDH, Chávez asegura que es un mecanismo que usa el país norteamericano contra Venezuela y que se ha convertido en una espada de Damocles.
La medida propuesta por el Presidente pareciera sugerir que Venezuela se encamina hacia la salida de la Organización de los Estados Americanos (OEA). Sin embargo, esto ha sido negado por miembros del gobierno.
Para los defensores de Derechos Humanos en Venezuela esta es una decisión que afecta principalmente a los venezolanos y sus opciones de tener justicia. Pero para quienes aplauden sus decisiones sin una postura crítica esto no es más que la posibilidad de que el pueblo obtenga mayor protección de sus derechos a través de la Fiscalía y del Tribunal Supremo de Justicia.
El escritor y miembro del nuevo Consejo de Estado, Luis Britto García, sostiene que la medida protege la soberanía del país.
«No podemos estar sometidos a un tribunal que no reconoce que somos un país soberano», dijo a Venezolana de Televisión.
Britto García explicó que el proceso de salida tardaría aproximadamente un año y que esto no significa que se abandone la OEA. «Es decir, simplemente nos retiramos del tratado de la convención interamericana».
LEJOS DEL MERCOSUR
Para el coordinador de Provea, Marino Alvarado, esta decisión aleja a Venezuela de su ingreso al Mercosur. Pues, el país que ha bloqueado la entrada al bloque suramericano, Paraguay, argumenta que el Gobierno de Venezuela no es serio ni responsable en materia de Derechos Humanos. «Esto sólo fortalece los argumentos del Senado Paraguayo y coloca más obstáculos», dijo.
El defensor de Derechos Humanos recordó que el presidente Chávez suscribió, en 2006, la Declaracion Presidencial de Derechos Humanos del Mercosur, suscrita por los presidentes que conforman el grupo más los cuatro Estados en proceso de ingreso al organismo. En ese acuerdo uno de los puntos fue el compromiso de los jefes de Estado en fortalecer el Sistema Interamericano de Derechos Humanos, especialmente Comisión y Corte.
Para Alvarado este tipo de medidas termina afectando a los más pobres porque son quienes tienen mayor dificultad para obtener justicia en el país y que cuentan como última alternativa con acudir al sistema internacional de protección para lograr alguna respuesta. «Si analizamos los casos que han llegado a la CIDH en su mayoría es gente que tiene orígenes humildes: tenemos las víctimas del Caracazo, los desparecidos de Vargas, la masacre del Amparo o del retén de Catia, la práctica en el sistema interamericano en el caso venezolano es que son los más humildes quienes acuden», explicó.
Marino Alvarado ve que esta medida tiene muchas similitudes con la que adoptó Alberto Fujimori durante su gobierno. El mandatario peruano intentó retirarse también de la CIDH bajo el argumento de que protegía terroristas. Sin embargo, el cambio de gobierno impidió que esta decisión prosperara.
¿VENEZUELA DESPROTEGIDA?
Para Alvarado, si Venezuela se sale de la CIDH lo que hace es dificultarle el acceso a la justicia a las víctimas, pero la CIDH puede y debe seguir monitoreando la situación de los Derechos Humanos en el país, tal y como ocurre con Cuba y Estados Unidos.
«Otro punto importante es que la salida de la CIDH no tiene retroactividad, esto quiere decir que todos los casos o acuerdos que se hayan suscrito en la convención se mantienen vigentes. Si Venezuela piensa que por salirse de la CIDH no va a ser monitoreada en materia de Derechos Humanos está muy equivocada», dijo.
Por su parte, Gustavo Briceño, Presidente del Ombudsman Capítulo Venezuela, manifestó que si el Gobierno Nacional pretende salirse de la CIDH debe renunciar a la Convención Interamericana de los Derechos Humanos por los canales institucionales.
«En efecto, la pretensión del Presidente Chávez no puede ser parcial, es inconcebible no pertenecer a un órgano determinado creado por un tratado internacional: o se sale de todo el texto o no. Un tratado internacional no puede ser cumplido a medias», dijo el también profesor de Derecho Constitucional. (Jessica Carrillo, Tal Cual, 02.05.12)