«La contratación de maestros interinos puede contribuir a paliar la escasez de docentes con un costo reducido. No obstante, se puede disminuir la calidad de la educación, al rebajársele las exigencias para desempeñar la profesión docente … y puede influir negativamente en la moral del profesorado».
El análisis corresponde al informe del Seguimiento de la Educación para Todos (ETP) de la Unesco de 2008 que enfatiza sobre los factores que influyen en la calidad educativa.
Sin embargo, las cifras de la Memoria y Cuenta del Ministerio de Educación 2010-2011 revelan que el país va a contracorriente de la Unesco, al observar que cerca de 40% de la nomina es interina.
Si bien se refleja una leve disminución con respecto al periodo 2009-2010, aún persiste un abismo entre los docentes titulares. Un docente interino no tiene un tiempo determinado de contrato, y su renovación depende de la aprobación de sus superiores.
Los concursos de ingreso y ascenso se suspendieron en 2000. Los pocos ingresos han sido por procesos poco fiables y transparentes como ha sido denunciado por voceros.
El presidente de la Federación Venezolana de Maestros (FVM), Orlando Alzuru, denuncia que como nunca antes se ha politizado el ingreso de los maestros. «No se admiten a los graduados de la UPEL o de otras universidades. Sólo aceptan de la Misión Sucre».
Recuerda que aún el Gobierno no ha redactado el Reglamento de la Profesión Docente para normar todos los procesos. «Los docentes interinos no tienen protección. Hay mucho miedo. Las federaciones redactamos un proyecto de reglamento en defensa de la profesión y el contrato donde reivindicamos la meritocracia».
Desde el Movimiento Simón Rodríguez, el docente Pedro García ha seguido el tema y sentencia. «La carrera docente se ha pauperizado y destruido por el abusivo incremento de los interinos. El Gobierno utiliza esta figura como chantaje laboral y político».
De acuerdo con la información que posee, los pocos nombramientos son partidistas: «Sólo ingresan los del PSUV».
A la deriva
Otra problema es el déficit de directores y subdirectores. Cada año decrece el número de funcionarios, afectando el desempeño escolar. De 13.300 planteles nacionales, 11.117 no tienen director.
El investigador de la Memoria Educativa Venezolana (MEV), Alexander Uzcátegui, sostiene que la reducción de directivos ronda 48.77%.
«Esta situación muestra la debilidad institucional de la mayoría de los planteles. El director es el primer supervisor, orientador y planificador de la actividad escolar».
Alzuru y García coinciden en señalar que el déficit es por la masiva jubilación que aplicó el Gobierno, pero que luego no abrió nuevos concursos para llenar las vacantes. «Los pocos cargos se designan a dedo. Hay mucho desencanto entre los docentes a quienes ya no les interesa ocupar esos cargos».
Por último, el informe de la Unesco advierte. «Impartir una enseñanza de buena calidad es algo que depende, en definitiva, de lo que ocurra en el aula. El papel desempeñado por el docente es muy importante. El perfil de los maestros y los sistemas establecidos para su contratación, formación y distribución, tiene repercusiones esenciales, no sólo en los resultados del aprendizaje, sino también en el plano de la equidad».
(Gustavo Méndez, El Universal, 16.05.12)
El Informe Anual de Provea octubre 2010 – septiembre 2011 indica que «La inversión pública en educación como porcentaje de la inversión social en el 2010 fue de 30,9% (48.291.255) y en 2009 fue de 34,8% (44.965.949).