Esta ONG desarrolla programas para que los jóvenes aprendan un oficio como carpintería y mecánica 

Recaudan fondos para que realicen un viaje a República Dominicana, donde manejarán un presupuesto

Una pareja de misioneros “había estado viajando para África dándose cuenta de que había muchos niños en la calle, que no tenían padres y un hogar”, luego empezaron a viajar por América Latina, “recorrieron países como Colombia, Brasil, México y Venezuela, en el año 1995 no había una organización que atendiera a estos niños y había muchos”.

Luego de esto comenzaron el contacto que “consiste en crear una relación con el chamo de la calle”. En el año 1998 “se hace legal como asociación civil sin fines de lucro Niños de la Luz”, evoca Elena Morgado, directora nacional de esta organización.

En Niños de la Luz trabajan por generación. “Nosotros durante los últimos 8 años tenemos 14 niños, que dejaron la calle a los 5 años y han estado con nosotros en su crecimiento”. Han desarrollado programas también para cuando estos niños cumplan su mayoría de edad “les enseñamos un oficio como por ejemplo carpintería y mecánica”, también recaudan fondos para que estos jóvenes puedan realizar un viaje para República Dominicana. “Ellos allí tienen como una vida de soltero. Tenemos unas instalaciones donde hay un apartamento, y son los niños y jóvenes los que compran su comida, manejan un presupuesto, trabajan y se ganan su dinero”, dice Morgado.

“Cuando ellos regresan a Venezuela los ayudamos a enfocarse en sus dones y talentos. Muchos de ellos formaron su familia, trabajan en empresas o con nosotros”, indica Morgado. La asociación también desarrolla un programa de Padrinos, quienes “se comprometen con un chamo y pagan una mensualidad y pueden ayudarlos a estudiar en la universidad, por ejemplo”.

Elena Morgado señala que esta situación de niños en la calle “ha disminuido quizás un 2% en los últimos tres años y también ahora se esconden más”. Existen cuatro tipos de niños de la calle: “están los que pasan todo el día en la calle, porque sus padres no tienen para pagarles un colegio o no tienen nada que hacer en su casa y prefieren estar fuera de ella; están los niños que sus padres mandan a trabajar; otro grupo son los que son maltratados en su casa y deciden abandonarla; y el último son los que se escapan del colegio y rondan por la calle”.

De estos cuatro grupos, Morgado indica que los niños de la calle que más hay son los que sus padres mandan a trabajar. “Nosotros agarramos calle en la madrugada y empezamos a caminar y vemos donde duermen, debajo de los puentes, donde hay cartones, zapaticos, en las azoteas”, dice la directora nacional de Niños de la Luz.

Luego de esto empieza “un contacto rápido”, donde les pueden preguntar alguna dirección o llevarles comida, aunque señala Morgado que “estos niños no confían en ningún adulto, no saben si los vas a maltratar, si vas a abusar de ellos. Obtener su confianza requiere un periodo de aproximadamente ocho meses”. Luego de esto hacen un viaje a la playa, se bañan, disfrutan el día, les dan ropa nueva.

Los miembros de Niños de la Luz les ofrecen un cambio a estos niños “y si estos aceptan pasan a Casa de Paso que está en La Pastora”, donde se les brinda atención médica y psiquiátrica, y tienen una maestra. “Luego el psiquiatra decide que el niño puede ir a la Casa Hogar ubicada en Filas de Mariche, en la que tenemos una filosofía de familia”, donde hay unos padres que ponen las reglas. (Saraí Coscojuela, Conflictove, 24.05.12)

El Informe Anual de Provea octubre 2010 – septiembre 2011 en su capítulo de Organizaciones Nacionales de Derechos Humanos señala lo siguiente: El Presidente de la República cuestionó que agencias de cooperación internacional financiaran a las ONG e «imploró» la aprobación de una ley para regular esta situación.

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