Joel González se abrió paso en el grupo de treinta hombres que discutían, y se subió de parrillero en una moto. Trataron de huir, pero otros, también en una moto y armados, comenzaron a perseguirlos. Rápido empezaron a disparar y a mitad de la calle Santos Ermini Arismendi de Las Delicias, Joel cayó herido. Eran las 8:45 de la mañana de este miércoles.
Ahí, María Dubuc que manejaba su Aveo dos puertas de color gris, se detuvo. Ante las ráfagas, ella solo atinó a lanzarse sobre el asiento del copiloto para guarecerse. Joel ya en el piso intentó meterse abajo del auto para resguardarse, pero el pavimento impidió que la maniobra fuera expedita. Sus agresores lo alcanzaron y ahí lo remataron. Luego huyeron.
José Gregorio Díaz Pérez, el que manejaba la moto donde Joel intentó huir, resultó herido, pero él sí logró escapar y llegar al Hospital Militar para recibir los primeros auxilios.
Desde mucho más temprano el grupo de trabajadores, integrantes de tres sindicatos -UBT, Sovica y FPT- se habían reunido en la esquina de la calle Santos Ermini Arismendi que colinda con la avenida Libertador. Pretendían, según informaron fuentes policiales, quedarse con un terreno al que se le hacen pruebas de suelo para levantar una edificación de la Misión Vivienda.
Algunos moradores, que prefirieron no dar su nombre, explicaron que era un grupo de al menos 30 hombres. Los primeros que llegaron lo hicieron en motos y se estacionaron unos frente a otros. «Parecía que medían quien era más fuerte», dijeron algunos vecinos.
Joel, que tenía 26 años, era líder del sindicato UBT y según testigos sostuvo una fuerte discusión con algunos rivales. A él lo conocían con el mote de «El Chichón» y su supuesto rival, dijeron fuentes policiales era un hombre a quien apodan «Cheo».
Los funcionarios policiales colectaron 15 conchas, por lo cual presumen que dispararon ese número de veces. Cuando hicieron el reconocimiento del cuerpo, vieron que gran parte de las balas se las dispararon directo al cuello.
María Dubuc no quiso conversar con los medios de comunicación. «No puedo hacerlo hasta que llegue un fiscal… todo esto es muy difícil», dijo la mujer con las lágrimas reprimidas y la voz ahogada. Twitter: @isoliett (María Isoliett Iglesias, El Universal, 28.06.12)