A raíz del Golpe de Estado ocurrido en Paraguay se produjo una rápida y contundente condena internacional. El uso arbitrario de un procedimiento constitucional para destituir al presidente Fernando Lugo violando su derecho humano a la defensa no fue aceptado ni por el pueblo paraguayo ni por la comunidad internacional.
Se iniciaron con prontitud iniciativas de solidaridad. Distintos gobiernos y desafortunadamente muchas ONG incluso de derechos humanos empezaron a pedir sanciones económicas. Algunos de ellos persistentes en la condena al bloqueo a la República de Cuba.
La pasión de los acontecimientos y no tenemos duda la mejor intención de ayudar al pueblo del Paraguay condujeron a realizar dicha solicitud.
La organización Provea el 25.06.12 en su pronunciamiento de condena al Golpe rechazó que se iniciara un bloqueo económico porque las experiencias tanto en Cuba como en Irak es que tales medidas afectan los derechos de las personas principalmente las más vulnerables. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha expresado preocupación y rechazo a tales medidas. Está consciente, que afectan en forma sumamente grave a la población inocente, en particular a las personas débiles y a los pobres, sobre todo las mujeres y los niños.
Por su parte el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de Naciones Unidas ha indicado que si bien los efectos de las sanciones varían de un caso a otro, es consciente de que casi siempre producen consecuencias dramáticas en los derechos de las personas. Así, por ejemplo, con frecuencia originan perturbaciones en la distribución de suministros alimentarios, farmacéuticos y sanitarios, comprometen la calidad de los alimentos y la disponibilidad de agua potable, perturban gravemente el funcionamiento de los sistemas básicos de salud y educación y socavan el derecho al trabajo. Agrega el Comité de Desc lo siguiente: “Además, cabe citar entre las consecuencias indeseadas el refuerzo del poder de minorías opresoras, la aparición prácticamente inevitable de un mercado negro y la generación de grandes beneficios inesperados para los grupos de privilegiados que lo administran y el aumento del control que las minorías gobernantes ejercen sobre la población en general ”
Para decirlo en palabras sencillas en este tipo de sanciones el pueblo es quien sale siempre “con las tablas en la cabeza” y las medidas terminan fortaleciendo gobiernos autoritarios.
Afortunadamente el propio presidente Fernando Lugo comprensivo de los efectos negativos de las sanciones económicas contra los más humildes se pronunció en contra de tales medidas. Ojalá la dirigencia política del Mercosur y otros países como el venezolano comprendan el error que cometen.
La solidaridad con el pueblo paraguayo no puede realizarse acrecentando su sufrimiento. Por eso así como durante años venimos rechazando el bloqueo económico a Cuba, hoy decimos NO al bloqueo económico al Paraguay.