Los trabajadores que laboran desde hace más de un año en la ampliación de la carretera nacional Cantaura-El Tigre se declararon en huelga de brazos caídos. Desde hace cuatro días, mantienen paralizada esta obra del gobierno regional para exigir mejoras en sus condiciones de trabajo.
Son 45 obreros fijos y 10 eventuales que desde marzo de 2011, se desempeñan en la empresa Constructora Cosa, contratada por la Corporación de Vialidad e Infraestructura del estado Anzoátegui (Covinea) para ampliar 32 kilómetros de vía, en los dos canales de circulación (de 3.25 a 6.50 metros) de la Troncal 16 que van desde La Madama (Freites) hasta El Tigre.
Los trabajos incluyen la rehabilitación de la carpeta de rodamiento y el asfaltado.
Ayer, los afectados se apostaron desde las 7:00 am, a un lado de la carretera, muy cerca de Bajo Hondo, para protestar y presionar a la gerencia de la empresa a fin de que les diera respuestas positivas.
Los directivos del Sindicato Unión Bolivariana de Trabajadores (UBT) en Freites, José Moreno y Armando Charaima, explicaron que el grupo de trabajadores tienen tres meses exigiendo soluciones y los gerentes hacen caso omiso a sus reclamos: “Sólo se han dedicado a amenazarlos con despidos o quitarles los beneficios si continúan protestando”.
Las quejas y violaciones
Los sindicalistas indicaron que la empresa viola las normas de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo (Lopcymat). Aseguran que a estas alturas no han permitido que allí se forme el comité de salud y seguridad laboral y tampoco que se escojan delegados de prevención.
Añadió que la contratista no les suministra implementos de seguridad (botas, casco, bragas, lentes). Se los dieron hace más de un año, “y ya no sirven”.
Nunca les han colocado en la zona de trabajo una ambulancia que los pueda socorrer en caso de accidentes, más aún cuando laboran en una vía nacional peligrosa.
Agregaron que sólo cuentan con dos baños portátiles para 55 trabajadores y, para completar, están separados a siete kilómetros de distancia uno de otro.
Tienen un comedor improvisado (una carpa), donde sólo entran 10 personas. El resto de los trabajadores debe comer en plena vía aguantando sol y lluvia, pues no tienen dónde protegerse.
Dijeron que también hay fallas en el transporte que los lleva hasta el sitio de trabajo, donde, por cierto, viajan hacinados. “Hay sólo dos vehículos y allí trasladan a los trabajadores y también los cauchos de repuestos, herramientas y otros implementos”.
Aseguraron que los empleados son objeto de maltrato verbal por parte de algunos gerentes de la constructora. “Hay un gerente de nombre Jairo que los amenaza por reclamar sus derechos”.
Hasta ayer en horas de la tarde, no se había apersonado ningún gerente de la empresa a darles respuestas.
El Tiempo intentó comunicarse con la gerencia de Cosa pero fue imposible contactarlos. Los trabajadores advirtieron que no levantarán el paro hasta que les den soluciones a sus exigencias. (Zobeida Salazar, El Tiempo, 13.07.12)