Hacia una próxima generación libre del Sida. Con base en las investigaciones que han venido realizándose en las distintas regiones del mundo, durante la XIX Conferencia Internacional sobre VIH/Sida la semana pasada en Washington, se habló con optimismo acerca de la posibilidad de que el Sida ya no afecte a ninguna persona en unos años. Es muy importante hacer la diferencia entre el VIH y el Sida.

Una «generación libre del Sida» implica: 1. que no nazca ya ningún bebé con el VIH; 2. que toda persona sin VIH disponga de las herramientas y apoyos para evitar contraer el virus, y 3. que toda persona que contraiga el VIH cuente con los servicios de atención, tratamientos y herramientas, tanto para no llegar a la etapa Sida de la infección por el VIH, como para evitar transmitir el virus.

Este optimismo se basó en la data epidemiológica mundial, que indica una reducción en el número de personas que anualmente contraen el VIH (500.000 menos actualmente que hace una década), incluyendo la reducción en la transmisión materno-infantil. Además, se cuenta actualmente con tratamientos más sencillos y de baja toxicidad, que controlan la replicación del virus en el organismo y ayudan a prevenir la transmisión del VIH cuando la carga viral está en niveles mínimos.

En el marco de la XIX Conferencia se presentó un estudio en el que se evidenció una muy alta prevalencia en algunas comunidades indígenas del Delta del Orinoco

Se habló también de la profilaxis pre exposición, que ayudaría a personas que se encuentran en situaciones que podrían ponerlas en mayor riesgo de contraer el virus (por ejemplo, la pareja sin VIH de una persona con VIH), a reducirlo. Esto implicaría tomar tratamiento antirretroviral «preventivo», junto con el uso de preservativos. Nosotros y muchas personas con quienes compartimos durante la XIX Conferencia no salimos con tanto optimismo, pues al participar en sesiones sobre la situación en países como la India, Marruecos, México, Kenya, se hizo evidente la distancia entre las investigaciones y las herramientas para reducir el impacto de la epidemia en el mundo, y las capacidades de los países para implementarlas, incluyendo leyes y normas que garanticen los derechos humanos de las personas con VIH.

El VIH en la población indígena venezolana. En el marco de la XIX Conferencia se presentó un estudio en el que se evidenció una muy alta prevalencia en algunas comunidades indígenas del Delta del Orinoco: mientras se estima en alrededor del 1% de la población adulta general del país, la prevalencia en esas comunidades fue de 9,55%. Este debe ser un llamado a las autoridades del Ministerio de Salud, que tienen que implementar atención, cuidados y tratamiento para las personas afectadas, así como programas de prevención para toda la población del Delta. El Ministerio de Salud debe establecer alianzas para responder de inmediato a esta situación de afectación al derecho a la salud de la población indígena, por ejemplo, con la Sociedad Venezolana de Infectología y con el Programa Nacional de VIH/Sida de Brasil, uno de los más exitosos del mundo, con experiencia en comunidades indígenas. (El Universal, 31.07.12)

Acción Solidaria 

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