Representantes de cinco consejos comunales del municipio Simón Bolívar cerraron ayer plena avenida Intercomunal, a la altura del sector El Jabillo, para exigir la entrega de viviendas a mas de 600 familias. Desde hace tres años esperan la asignación.

“Tenemos más de tres años esperando por nuestras casas, no les importan las condiciones en las que vivimos, estamos en ranchos, sufriendo las consecuencias de la lluvia, el sol, los zancudos y los sinsabores de vivir a oscuras porque ni luz tenemos”.

Molestos y cansados de esperar una respuesta clara, desde las 5.00 de la mañana de ayer los vecinos se apostaron en plena vía pública con troncos y ramas para impedir el tránsito vehicular. Amenazan con agudizar las acciones en los próximos días de no llegar a ningún acuerdo con los organismos competentes.

Sergio Urdaneta, representante del consejo comunal de Simón Bolívar, precisó que Henry Barreto, supervisor de PDVSA-Gas y del Ministerio de vivienda y Habitat en la Costa Oriental del Lago (COL), no da la cara al problema.

Las familias que requieren viviendas, y pertenecen a las juntas comunales Unidos por la Libertad, El Jabillo de Nuestra Esperanza, La Victoria 245, Colinas de Bello Monte y Las Yaguasas señalaron que les entregaron las cartas de solicitud de las casas que tienen asignadas y no les han entregado ninguna.

“Tenemos más de tres años esperando por nuestras casas, no les importan las condiciones en las que vivimos, estamos en ranchos, sufriendo las consecuencias de la lluvia, el sol, los zancudos y los sinsabores de vivir a oscuras porque ni luz tenemos”.

Hay déficit

Urdaneta manifestó que siempre les aseguran que no hay suficientes casas para entregarles. Y señaló que en el municipio hay terrenos en buenas condiciones y lo único que quiere el Gobierno nacional es negociarlos para hacer nuevos conjuntos habitacionales.

Carlos Mendoza, otro de los protestantes, señaló que han tomado las acciones legales para obtener las casas, pero no acceden. “Cada vez son más trabas y nuestros hijos padeciendo en viviendas indignas, por eso nos vemos en la obligación de tomar las calles, sólo nos aseguran que el Ejecutivo nacional  no baja los recursos para la construcción de las casas”.

En horas del mediodía  los manifestantes abrieron el paso nuevamente, aun cuando no llegaron a un acuerdo. La amenaza de un nuevo cierre continúa latente.

En subsidencia

Suman alrededor de 150 familias las que habitan en zona de subsidencia en el municipio bolivarense, sus viviendas aún no están listas. Mientras, ellos tienen que sobrevivir con el temor de sufrir algún percance. “No podemos construir casas ni mejorar nada porque es una zona inhabitable”. (Jolitze Isea García, La Verdad, 10.08.1111

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