Las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) son un conjunto de avances técnicos y científicos puestos al servicio de la comunicación, o dicho de otro modo, plataformas tecnológicas que facilitan la transmisión de información, ideas, datos u opiniones.
Tal como lo señaló el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en su informe sobre Desarrollo Humano en Venezuela del año 2002, “Las TIC se conciben como el universo de dos conjuntos, representados por las tradicionales Tecnologías de la Comunicación (TC) – constituidas principalmente por la radio, la televisión y la telefonía convencional – y por las Tecnologías de la Información (TI), caracterizadas por la digitalización de las tecnologías de registros de contenidos (informática, de las comunicaciones, telemática y de las interfases).” De acuerdo con lo anterior, las TIC pueden ser agrupadas en dos niveles: las tecnologías tradicionales y las más recientes, pero comparten el fin común de comunicar mensajes y difundir información manera un público extenso.
¿Qué relación tienen las TIC con la administración de justicia?
La búsqueda de justicia es un proceso amplio en el que no sólo intervienen estrictamente los órganos operadores de justicia, es decir, el Ministerio Público y los tribunales, pues el impulso de las personas víctimas, familiares de víctimas, organizaciones no gubernamentales y grupos organizados es fundamental para el logro de justicia, que implica mucho más que una sentencia. Sin duda, el uso de las TIC es propicio para hacer uso alternativo del derecho, con la finalidad de posicionar un tema, hacer denuncias, dar a conocer irregularidades en el proceso penal ante la opinión pública, o impulsar la toma de decisiones.
Hacer uso alternativo del derecho no es otra cosa que aprovechar la creatividad para diseñar estrategias que permitan combatir la impunidad, evidenciar las fallas y vicios de la administración de justicia, denunciar a las personas responsables de obstruir la buena marcha de la misma, dar a conocer situaciones irregulares, etc. En consecuencia, es importante identificar las herramientas idóneas para poner en marcha estas estrategias, y es aquí donde entran las TIC, que proporcionan una plataforma adecuada para la difusión de información de forma muy efectiva y en poco tiempo.
¿Cómo podemos usar las TIC?
Las TIC no son una fórmula mágica, tampoco son la respuesta a todos los desafíos de la comunicación, así que no podemos esperar que nos garanticen el logro de justicia. Sin embargo, sí son herramientas muy útiles para potenciar nuestro trabajo de promoción y defensa de derechos humanos. La clave está en diseñar estrategias adecuadas a los fines que queremos lograr, bien sea un acto conclusivo de la Fiscalía, una sentencia de un tribunal, hacer una denuncia para incidir en las autoridades competentes y en la opinión pública. Luego, escoger el mensaje que queremos difundir y, por último, seleccionar los medios más idóneos para conseguir que la mayor cantidad de gente posible reciba nuestro mensaje.
Una vez que se tiene clara la meta y se ha seleccionado el mensaje, sólo queda encontrar los medios para difundir ese mensaje, que puede ser transmitido a través de los medios tradicionales como la radio, la televisión y la telefonía, pero también mediante las tecnologías más recientes, como telefonía celular (particularmente la nueva generación de “teléfonos inteligentes”), Internet, etc. Puede tratarse de un mensaje único (comunicado, denuncia, declaración, acción urgente, etc), difundido por distintos medios y adaptado a cada formato. Entre las TIC, Internet es tal vez una de las más versátiles, pues permite el uso de páginas web, blogs, redes sociales, radios digitales, correo electrónico, que en poco tiempo pueden hacer que nuestro mensaje recorra el mundo entero para buscar alianzas, ganar respaldo para nuestra causa o simplemente informar.
Un Mundo interconectado
Actualmente vivimos en una aldea global, un mundo interconectado en el que la información circula cada vez más rápido, y en el que nos afecta no sólo lo que pasa en el ámbito local, sino también lo que pasa a nivel global; por ello, es esencial apropiarnos de las TIC para impulsar estrategias a favor de nuestras causas de búsqueda de justicia. La lucha por la obtención de justicia no debe recluirse en las salas de juicio, ni debe enfocarse sólo en una sentencia, debe ser una lucha librada en diversos espacios de dignidad y solidaridad, con un mensaje esperanzador que se sirva de distintos medios para incidir en la administración de justicia.