En su reciente informe “365 días de la Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV)” Provea había levantado una cifra de las viviendas adjudicadas en el primer año de ejecución de esta política pública destinada a revertir el déficit habitacional en el país. Ante la opacidad de las cifras oficiales y las negativas y obstáculos a la difusión de información pública, Provea realizó un meticuloso monitoreo de 8 medios de comunicación estatales, incluyendo el portal Web y la cuenta Twitter del Ministerio de Vivienda y Hábitat para monitorear el ritmo de entrega de viviendas por parte de los entes del Estado, en el entendido que cada acto de adjudicación sería debidamente propagandeada por el Ejecutivo nacional.

Entre el 1 de marzo del 2011 y el 15 de mayo del 2012, según la data recopilada por Provea fueron entregadas 44.954 casas, una cifra de 23.588 viviendas sólo tomando las correspondientes a los meses del 2011 y la cantidad de 21.366 para los meses pertenecientes al 2012. El mes de mayor entrega de viviendas fue marzo del 2012, con 8.915 unidades, seguido de diciembre del 2011 (6.923 unidades) y abril del 2012 (6.373 unidades). Los cinco estados en donde se construyeron y entregaron más casas, en orden de importancia, fueron Zulia (7.371 viviendas, 16.3 por ciento del total), Aragua (6.160 viviendas, 13.7 por ciento del total), Barinas (4.508 viviendas, 10 por ciento del total), Miranda (3.598 viviendas, 8 por ciento del total) y Carabobo (3.338 viviendas, 7.4 por ciento del total).

Esta lectura cuantitativista del problema, denominada “viviendismo”, paradójicamente había sido duramente cuestionada al comienzo de la gestión del presidente Chávez en el poder y calificada como característica de las políticas en el sector realizadas por un pasado que no debería repetirse

Estas cifras revelan que sigue existiendo un énfasis en el desarrollo de soluciones habitacionales en el eje norte costero del país, lo cual no es coherente con la política de desconcentración territorial que había sido anunciada en años anteriores, expresada en los primeros esfuerzos desarrollados en el marco de la llamada “Misión Villanueva”. A la cifra recopilada por Provea habría que sumarle la cantidad de 858 viviendas que anunciaron ser adjudicadas pero no pudo ubicarse su locación, con lo que el número llegaría a 45.812 viviendas.

A pesar que esta cifra es un dato de la realidad necesario para evaluar el desarrollo de la GMVV para Provea no es el resultado más valioso de su investigación. Un elemento, a nuestro juicio de mayor relevancia, es la constatación de la tendencia oficial de creer que la garantía del derecho a la vivienda digna en el país pasa exclusivamente por construir “x” cantidad de casas por año. Esta lectura cuantitativista del problema, denominada “viviendismo”, paradójicamente había sido duramente cuestionada al comienzo de la gestión del presidente Chávez en el poder y calificada como característica de las políticas en el sector realizadas por un pasado que no debería repetirse. 10 años se vuelve al mismo esquema, capitalizable políticamente, pero insuficiente para revertir el déficit habitacional en el país.

Al contrario de esta tendencia hace falta un plan integral de vivienda y hábitat con metas claras definidas para el corto, mediano y largo plazo. El disfrute del derecho al hábitat digno implica alcanzar gradualmente el equilibrio territorial, la incorporación de la población a la producción dentro de los planes de desarrollo de la nación, la participación social en los procesos de conformación del hábitat como proceso de conformación cultural, la adecuación e invulnerabilidad de los asentamientos por eventos naturales, la cobertura de equipamiento comunitario e infraestructura de servicios, así como la calidad ambiental de seguridad estructural y de condiciones higiénicas de la vivienda. Todos los expertos en el sector, incluyendo algunos cercanos al oficialismo, han coincidido que preparando terreno urbanizable, es decir, dotándolos de los servicios básicos, las viviendas germinarían casi por sí solas.

Esta tendencia viviendista puede confirmarse al revisar la Memoria y Cuenta 2011 del Ministerio del Poder Popular de Vivienda y Hábitat, en donde es casi inexistente la información sobre las políticas de transformación integral de barrios que incluso fueron promovidas durante algunos momentos del mandato del propio presidente Chávez. Un ex ministro de Vivienda, quien pidió a Provea no revelar su identidad en la entrevista realizada por la investigación, explicó el porqué del viviendismo expresado en el proyecto “Constuir una Caracas dentro de otra Caracas”: “¿Qué ventaja tiene hacer las casas en Caracas?, que todo tiene servicios en este perímetro, en esta poligonal urbana todo tiene servicios”. Sin estudios sobre el impacto sobre vialidad y servicios, es más barato y rentable políticamente construir viviendas nuevas que rehabilitar barrios y crear terreno urbanizable.

Provea ha solicitado públicamente superar este reduccionista enfoque cuantitativista y viviendista. En la opinión de la ONG, el Ejecutivo nacional un año después sigue teniendo la oportunidad de convertir a la GMVV en la política pública modelo de planificación democrática, inclusiva y concertada que avance en la reducción del déficit habitacional y logre brindarle a los sectores más necesitados una vivienda de calidad, con miras a garantizar, con mayor eficacia, el artículo 82 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. (Rafael Uzcátegui, Correo del Caroní, 17.09.12)

(*) Coordinador del Area de Investigación de Provea

www.derechos.org.ve

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@fanzinero

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