A las 5:00 de la madrugada de ayer, llegó Sabin Peralta al ambulatorio Dr. Carlos Martí Bufill, ubicado en Barrio Sucre (Barcelona) para que atendieran a su esposa por un malestar en la garganta, y eran las 10:00 de la mañana y aún no había sido chequeada.

“Siempre que llega una persona a buscar atención termina cansándose de tanta espera”, acusó Peralta. Igualmente, Oswaldo Lugo comentó que en el ambulatorio hay médicos que redoblan guardias los fines de semana porque no hay más personal.

Así lo narró el señor, quien manifestó que no es la primera vez que acude al centro de salud y tiene que esperar más de cinco horas por un médico, ya que “si no hay uno, no hay ninguno”.

“Siempre que llega una persona a buscar atención termina cansándose de tanta espera”, acusó Peralta. Igualmente, Oswaldo Lugo comentó que en el ambulatorio hay médicos que redoblan guardias los fines de semana porque no hay más personal.

En un recorrido del equipo reporteril de Nueva Prensa de Oriente al centro de salud, se constató que solamente había un profesional de guardia, quien informó que sí existe un déficit actual de galenos en el sitio, y que han cancelado en la emergencia las intervenciones quirúrgicas para poder atender a más pacientes, ya que al día llegan entre 30 a 60 personas y deben esperar que el único médico del lugar los atienda.

“Debemos aceptar que aunque las instalaciones se encuentran en perfectas condiciones y no hay falta de insumos, la ausencia de personal nos está perjudicando, porque nos imposibilita atender a más ciudadanos.

Aquí llegan personas de lugares remotos, como El Rincón, Mesones y El Viñedo y no podemos chequearlos a todos”, dijo el doctor Héctor Mosquera.

Agregó que los días de semana sí laboran ochos médicos al día, cuatro en la mañana y cuatro en la noche, pero los fines de semana y feriados un solo profesional ejerce su faena las 24 horas. “No hay suplentes ni sustitutos, la gran mayoría se han ido”, comentó el médico.

Alegó que la gran mayoría de los que acuden al centro es para conseguir una buena atención, ya que los pacientes comentan que aunque existan Centros de Diagnóstico Integral en sus comunidades, no se sienten confiados de acudir a ellos porque “no creen que la medicina comunitaria sea segura”. (Freya Farcheg, Nueva Prensa de Oriente, 22.10.12)

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