La Real Academia Española te define como falta de castigo; yo te apodo El Amparo.
Hace 24 años naciste, haz ido creciendo, alimentada, entre palabras y acciones te muestras haciéndote cada vez más fuerte. Al parecer vivirás por muchos años más, caminando por nuestras calles, por nuestras esquinas, por nuestras vidas.
Es innegable tu presencia, hace 24 años nos mostraste tus ojos un 29 de octubre de 1988, en una población de la frontera con Colombia, en un pequeño sector conocido como Caño La Colorada. A tu nacimiento asistieron 14 pescadores venezolanos quienes nunca imaginaron que traerían dicho acontecimiento a sus vidas y a la de sus familiares. Dos pescadores más, aún recuerdan ese suceso José Arias y Wolmer Pinilla; al igual que otros que acudieron uno llamado DISIP, CEJAP, CTPJ y unos más que fueron invitados.
Fuiste creciendo y a los 5 años aunque no lo esperabas, un gran golpe vino a tu vida, siendo tan pequeña fuiste sancionada por la Comisión Interamericana ordenando tu investigación y la indemnización de tus acciones; pero tus amigos te encubrieron.
No pasaron más de 3 años para que nuevamente fueras condenada, esta vez por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, lo debes recordar fue un 18 de enero de 1995 y además ratificada el 14 de septiembre de 1996, ese día te declararon culpable. Pero no paso mucho tiempo para que tu amiga llamada “Justicia Militar” hiciera presencia para protegerte aliándose de la figura del fuero militar, como privilegio del nudo hecho.
Has ido ganando prestigio, en muchos lados te mencionan, tu presencia no pasa desapercibida, sacas tu chequera para pagar pero no sabes que el dinero no lo es todo.
Te instalaste en Venezuela, la cual es lugar de tus operaciones así como lo ha sido otros muchos países del hemisferio. Tu actuar ha significado un importante nivel de desconfianza de la sociedad hacia el Estado. También has tocado a amplios sectores de la sociedad, impidiendo que la verdad se esclarezca.
Wolmer y José cada 29 de octubre preguntan qué pasó contigo, si has fallecido o sigues con vida; este año la repuesta será la misma con vida y más fuerte.
Sumándome a todos aquellos y aquellas que pregonamos la humanidad, pienso como tarea ineludible seguir pugnándote con educación y defensa hasta que un día perezcas.
Así como la “Justicia” decidió no ver más, no sé si por vergüenza o senectud; su espada quedó corroída por el desuso y su balanza perdió el equilibrio o se desequilibró; confío que llegará el día que recuerde su existencia, su ética, su equidad, su deseo de obrar con rectitud, solo ahí no te veré más impunidad. Mientras tanto creo aquí seguirás.
Juderkis Aguilar
Programa de Exigibilidad en DESC de PROVEA.