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Irónicamente a Edwin Suárez (34), alias el «Cabezón», lo salvó la resaca que había agarrado en la tarde del pasado domingo. Apenas se alejó de sus familiares para vomitar, unos desconocidos llegaron a su casa a matarlo. Los sicarios cometieron un error mortal al confundir a Édison Gregorio Berrueta (49) con su concuñado. Le dispararon sin compasión apenas este se levantó a atender a los matones.

Eran las 9.30 de la noche cuando la docena de tiros acabó con la alegría en la casa 110-97, ubicada en la calle 67B del barrio 12 de Marzo. Los proyectiles hirieron, también, a Gladys Josefina Pérez (62) y Lewis Olivares (28), y mataron hasta la mascota de la familia.

A las víctimas las llevaron al Hospital Universitario de Maracaibo. Mientras que Berrueta apenas llegó al Centro Materno Infantil Raúl Leoni, mejor conocido como El Marite, donde murió un minuto después de su ingreso.

Los Berrueta recordaron que esa tarde dos vehículos, uno rojo y otro verde, estuvieron rondado la zona. Al anochecer se detuvieron al final de la calle. De pronto, el rojo se devolvió y se detuvo frente a la casa. En ese momento, la fatiga atacó a Suárez y corrió hasta el patio a vomitar.

Del vehículo se bajaron dos jóvenes robustos. Uno se acercó hasta la entrada de la casa y llamó al «Cabezón». Berrueta se levantó para atender a la presunta visita y el desconocido le respondió la cortesía disparándole pensando que se trataba de su objetivo.

Sicariato laboral    

Los allegados de la víctima explicaron que el crimen es por varios problemas laborales que se vienen suscitando con una contratista que realiza trabajo de construcción en la nueva sede de la Universidad Bolivariana ubicada en la vía a Los Tres Locos. Al parecer, una mujer apodada la «Cuervito» ha amenazado por teléfono en varias oportunidades a Suárez.

El «Cabezón» se ha convertido en el vocero de los 141 obreros, quienes reclaman por más de siete semanas de salarios caídos y la liquidación de siete obreros que renunciaron. Además, encabezó una comisión de 13 trabajadores que se trasladó a Caracas para denunciar ante el Ministerio del Trabajo.

Desde entonces el líder y sus acompañantes han sido víctimas de amedrentamiento y extorsiones telefónicas para que no continúen con su cruzada. Tras el homicidio de Berrueta, Suárez decidió huir para resguardar su integridad.

En contradicción la Policía científica, subdelegación Maracaibo, maneja el caso como un ajuste cuentas debido a que consideran que la víctima era el verdadero objetivo de los sicarios, de quienes tienen descripciones parciales.

 

Édison Gregorio Berrueta (49): era padre de dos hijos y conducía un camión de mudanza desde hace 15 años. Residía en la casa donde le dispararon.

 

«Responsabilizo a Aura Miquelena por todo lo que le pueda pasar a mi hijo o a cualquiera de mi familia».

Ana Siosi. Madre de Edwin Suárez. (José Manuel Sánchez, La Verdad, 13.11.12)

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