El 31 de mayo del 2011 entró en vigencia en Venezuela la prohibición de fumar en lugares públicos, lo aplaudimos, sobre todo porque los “fumadores pasivos” éramos víctimas de un vicio ajeno. Según datos de las autoridades de salud, en el país se ha reducido el consumo de tabaco. Debemos pensar que es cierto, pero hay indicios de que la resolución mencionada no está impidiendo que niños y adolescentes se inicien en el tabaquismo.

Un estudio hecho en Caracas por la organización “Somos Educación”, de 362 adolescentes encuestados, 44% confesó haber probado tabaco

No se trata de ser alarmistas, pero en conversaciones con niños de 5º y 6º grado, los pequeños comentan que conocen compañeros de su edad que ya consumen alcohol y fuman cigarrillos. Un estudio hecho en Caracas por la organización “Somos Educación”, de 362 adolescentes encuestados, 44% confesó haber probado tabaco. Estudios de otros países indican que el inicio de los fumadores está entre los 11 y 14. Me temo que perfectamente los podemos tomar como válidos para nosotros también. A pesar de que vender o facilitar tabaco a niños, niñas o adolescentes está penado por la Lopnna (Art. 92), y a pesar de que se supone que abastos y bodegas deberían exhibir públicamente esta prohibición, ni se cumple lo segundo ni tampoco lo primero. Hay adultos que no le dan importancia al asunto. “Un cigarrillo no mata a nadie”, suelen decir muchos, y aunque es verdad, no se detienen a pensar que por algo tanto el cigarrillo, como el alcohol, se les considera “drogas puerta”, porque son entrada a drogas ilícitas, y aún, si no pasan la puerta, ambas drogas lícitas, generan adición y son muy dañinas para los niños y adolescentes. Y, ya se sabe, en Venezuela ha aumentado el consumo de drogas ilícitas -dice la gente de la Cátedra antidrogas del Pedagógico de Caracas-, ¿podemos pensar que ha bajado la de cigarrillo?

El cigarrillo tiene nicotina, y esa sustancia genera adición con facilidad- incluso mayor que otras drogas- y si no se ataja a tiempo, será difícil dejarlo. Debe añadirse otro problema en los adolescentes de escasos recursos: una caja de cigarrillo cuesta dinero, un padre en su sano juicio, no le da dinero a su hijo para que compre cigarrillo, cuando la ansiedad es muy fuerte, ¿qué va a hacer el adolescente que necesita de la nicotina para calmarse? Puede ser empujado a robar para satisfacer su ansiedad o ligarse con adultos que puedan facilitarle el cigarrillo, ¿a cambio de qué?

Algunas causas que facilitan que un niño o adolescente entre en el consumo de tabaco son: el ejemplo de sus padres o allegados o mucha permisividad familiar, la invitación y/o presión de sus pares, el querer rebelarse -hacer creer que son autónomos y que pueden hacer lo que quieran-, la propaganda -aunque en Venezuela está prohibida-, el pensar que los problemas son sólo a largo plazo -“ y más tarde lo dejará”, sin embargo, tanto en el caso del cigarrillo, como la adición temprana al alcohol y las adiciones a drogas ilícitas, el problema central está, a nuestro juicio, en la soledad en la que se están criando nuestros adolescentes, la falta de metas en sus vidas -por eso “la rumba” se convierte en la meta a corto plazo sin más metas a mediano y largo plazo-, la educación formal poco atractiva…

Me atrevo a sugerir a los funcionarios del Sistema de Protección, -los consejeros, pues- que visiten sin avisar, las puertas de grandes centros comerciales y vean la cantidad de adolescentes fumando abiertamente en esos lugares.

Imagino que en este país, con tanto adulto ocupado en elección tras elección, no hay tiempo para detenerse en ese humo adolescente, 100% dañino, que circula libremente por sus pulmones. (Correo del Caroní, 20.11.12)

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