cidh2La directora de la Oficina Jurídica para la Mujer, Julieta Montaño, advirtió ayer el riesgo del debilitamiento y la “perforación” a la Convención Americana de los Derechos Humanos, a partir de las reformas que los países denominados bolivarianos, como Ecuador, Venezuela y Bolivia, entre algunos, estarían promoviendo introducir en el Sistema Interamericano de Derechos Humanos (SIDH) y Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la Organización de Estados Americanos (OEA).

Ante esta situación y en defensa de los derechos humanos, Montaño señaló que las organizaciones de la Sociedad Civil se encuentran en alerta, “porque constituye un paso más para cargarse al sistema intermaericano que resulta molesto para gobiernos autoritarios disfrazados de demócratas”

Montaño denunció la aprobación de una serie de reformas, desconociendo y al margen de las organizaciones de la sociedad civil, que podrían consolidarse en las próximas sesiones del organismo internacional.

El Consejo Permanente de la OEA, a cargo de la elaboración de una propuesta de reforma, “ha decidido irse con todo contra el Sistema Interamericano de Derechos Humanos, ya no sólo contra la Comisión Interamericana, sino contra la misma Convención Americana de Derechos Humanos o Pacto de San José de Costa Rica”, advirtió la jurista, integrante de la red de organizaciones no gubernamentales del continentereconocidas por la OEA. 

Dijo que se ha incorporado de manera subrepticia dos párrafos que abren la posibilidad de introducir modificaciones a la Convención, acción que la realizan faltando apenas algunas horas para la audiencia señalada para recibir las observaciones de la sociedad civil.

Estos párrafos, explicó, son los referidos a las medidas cautelares que la Comisión puede fijar contra los Estados ante la vulneración de derechos humanos denunciados por las víctimas.

Ante esta situación y en defensa de los derechos humanos, Montaño señaló que las organizaciones de la Sociedad Civil se encuentran en alerta, “porque constituye un paso más para cargarse al sistema intermaericano que resulta molesto para gobiernos autoritarios disfrazados de demócratas”. (Los Tiempos, 11.03.13)

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