protestaTrabajadoresHospitalFranciscoAntonioRisquezEl caos se hace mayor con cada día que pasa. Ayer los empleados del Hospital Central trancaron la avenida Padilla y El Milagro para pedir una respuesta al tormento que los aqueja desde diciembre del pasado año. Ya tiene cuatro meses con el mismo problema: Sus pagos no llegan. Es por eso que desde las 8.00 de la mañana tomaron las calles y alzaron sus carteles donde piden el dinero que les corresponde.

Denunció que a quienes les cancelaron no les entregaron un recibo de pago. «Nos tienen engañado totalmente. Pasamos una carta diciendo que necesitábamos una respuesta y lo que nos dicen es que posiblemente nos paguen ante de las elecciones porque eso es lo que le conviene al Gobierno».

Poco a poco las calles que desembocan al centro asistencial se llenaron. Nadie podía pasar. El grupo de enfermeros, camilleros, personal de cocina y laboratorio se hacía cada vez más grande y protestaba con mayores fuerzas. Las deudas se siguen acumulando a la espera de ver en sus cuentas bancarias el pago de los tres meses de sueldo y cestatiques que la Gobernación aún no hace efectivo.

Daila Morales, trabajadora del laboratorio de Emergencia, comentó mientras alzaba su pancarta: «Tengo cinco años, tres meses y tres días laborando para el Hospital Central. Empecé con una microempresa que se retiró en diciembre y nos quedaron debiendo 90 días. La excusa que nos dicen es que la Gobernación no le ha girado la cantidad que nos deben y no pueden pagarnos».

Agregó que les prometieron a todos los trabajadores un contrato. «Sacaron una serie de listados de la cual solo le han pagado a la primera, y  a medias. Ellos dicen que han pagado 45 días de sueldo y cestatiques». Sin embargo, aún queda gente por fuera. «Hay otro grupo al que se le canceló dos mil 800 bolívares por 15 días de labor. Mientras que a un grupo grande del personal no se nos ha pagado nada».

Denunció que a quienes les cancelaron no les entregaron un recibo de pago. «Nos tienen engañado totalmente. Pasamos una carta diciendo que necesitábamos una respuesta y lo que nos dicen es que posiblemente nos paguen ante de las elecciones porque eso es lo que le conviene al Gobierno».

Angustia

Los trabajadores que protestaban en su mente solo tenían un objetivo: darle de comer a sus familiares. «Yo tengo una hija y madre que mantener. Todos tenemos necesidades», añadió Daila Morales. Del director del hospital suelen escuchar: «al que no le guste, que se vaya». Nada más. Aún no tienen una respuesta acertada.

A las 9.20 llegó al lugar un hombre alto que se identificó como el asesor de la Secretaría de la Gobernación. Quería sacar a los protestantes de la vía. Pedía dialogo, preguntó por una comisión para ir al Palacio de los Cóndores y hablar sobre lo que afecta a los tercerizados.

En medio del grupo que rodeó al funcionario salió Edgar Ferrer, quien dijo pertenecer al poder popular y además ser también afectado. Se ofreció para resolver el problema. Incentivaba a ceder el espacio en la carretera para entablar el diálogo que proponían los representantes del Ejecutivo regional. Se les contestó con gritos que repetían los problemas. Una de las enfermeras alcanzó a decir. «Nosotros solo queremos escuchar una frase: ‘vamos a pagar’. Con eso estaremos contentos y seguiremos nuestro trabajo’”.

También estuvo en el lugar Samir Puentes, exdiputado del CLEZ, quien por su parte, llegó al lugar para ser mediador. “Podemos estar acá todo el día, si quieren. Pero venimos para hablar de lo que le pasa a ustedes para solucionarlo”, les comentó. Preguntó por un auditorio para hablar con todos los afectados y poder escuchar sus planteamientos.

Les falta todo

El pago no es el única preocupación latente en el hospital. También lo es la falta de insumos. Carlos Carrasquero, residente del centro asistencial, confirmó que la situación es «caótica». «Son cinco semanas seguidas que faltan los materiales, se tiene detenido el ingreso al quirófano, y cuando se atiende a un paciente, este tiene que llevarlos todos».

No tienen solución. Ayer los residentes entregaron una carta al Director del hospital planteando la problemática que afecta el desempeño y desarrollo de los estudiante de postgrado que allí se especializan. «Dicen que se va a resolver, que en la siguiente oportunidad dan respuesta y no pasa nada».

Materiales simples como alcohol, jeringas, suero y gasas, con mucha suerte, se consigue dentro de las instalaciones. «A veces llegan una vez a la semana y al final de esta ya no hay. Al igual que las vendas de yeso, jabón adhesivo». Áreas esenciales como la Unidad de Cuidados Intensivos se mantiene cerrada desde diciembre. «Si es necesario estar en UCI para un paciente los familiares tiene que buscar un puesto en otro hospital, porque ni eso se le puede ofrecer».

«Los rayos x hay días que funcionan otros no. Hay problemas con los técnicos o con los reactivos que son escasos para revelar las placas, que también hay deficiencias», expresó Carlos Carrasquero, residente.(Faviana García, La Verdad, 10.04.13)

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