logo_sinergiaRed de organizaciones de la sociedad civil venezolana, integrada por 52 organizaciones civiles que agrupan a su vez más de 200 iniciativas sociales y  comunitarias, espacio de articulación para el fortalecimiento del trabajo solidario  comprometido con el pueblo y de defensa y promoción de los derechos a la libre asociación y participación, se pronuncia ante los acontecimientos que se viven en el país.

Nos preocupa profundamente lo que se dibuja como un país dividido políticamente en dos partes casi iguales, con visiones y formas distintas de entender su conducción política y el ejercicio del poder

Venezuela ha vivido momentos difíciles, enfrentando el lamentable fallecimiento del Presidente Hugo Chávez, al poco tiempo de ser electo para un nuevo período presidencial. La convocatoria a una nueva elección derivó en una corta e intensa campaña, marcando todos los ámbitos de la sociedad. Estos acontecimientos han significado poner a prueba la fortaleza de la democracia venezolana y los mecanismos institucionales contemplados en la Constitución de la República.

El domingo 14 de abril, los venezolanos y venezolanas tuvieron la oportunidad de ejercer su derecho al voto. Los resultados – la aceptación y, especialmente,  la  interpretación de los mismos- se han convertido en el centro del debate y confrontación nacional en estos momentos. Nos preocupa profundamente lo que se dibuja como un país dividido políticamente en dos partes casi iguales, con visiones y formas distintas de entender su conducción política y el ejercicio del poder.

Un sistema democrático, como el contenido en nuestra Constitución, implica el respeto a las opciones políticas, el respeto a los derechos ciudadanos y el ejercicio de las libertadas en ella consagrados. Un gobierno democrático – en todos sus niveles – no puede aceptar la confrontación de pueblo contra pueblo y debe constituirse  en el gobierno de todos y todas, aún de los que le adversan, con total respeto a sus derechos constitucionales, sin utilizar la institucionalidad pública en beneficio de una de las partes.

La dirigencia política, de gobierno y oposición se deben al país y a los intereses superiores de la República, asumiendo su rol y responsabilidad para adelantar un sano diálogo e intercambio para la aceptación del otro, con respeto, que permita el camino realmente democrático a nuestra Venezuela. Para ello, es imprescindible eliminar el lenguaje de odio y violencia que impregna el contexto nacional.

El pueblo organizado tiene la responsabilidad de procurar la convivencia ciudadana, especialmente en el momento de enfrentar las diferencias, con el pleno derecho a la protesta cívica y pacífica sin que la violencia se haga presente, rechazando los pequeños grupos que la enarbolan y la ejercen. Su liderazgo debe estar al servicio de la paz, la construcción colectiva y la activación ciudadana para la democracia.

El poder militar, nuestra Fuerza Armada Nacional Bolivariana, debe jugar su rol constitucional, al servicio de la nación y de ninguna parcialidad política. El pueblo mantiene una alta expectativa sobre su actuación en apego a la defensa del régimen democrático y el bien del país.

La mirada de todas y todos no puede estar centrada en las heridas políticas, humanas, personales que han estado presentes y se han acumulado por muchos años, de parte y parte. Es nuestro deber trabajar por una nueva etapa que fije su mirada en un presente y futuro signado por la unión de todos los venezolanos, tanto por nacimiento como por decisión, con una clara y abierta dinámica de inclusión social, económica, cultural y política.

Desde esta posición y con el firme compromiso de luchar por una sociedad de todos y todas, las organizaciones asociadas a SINERGIA, hacemos un claro y firme llamado a:

Cese del discurso y acciones violentas que impiden un real diálogo político en paz. Ni un muerto más, por la violencia política. Ni un preso más por la intolerancia y la confrontación. Solidaridad con todas las familias que sufren por esto.

El respeto de los Derechos Humanos para todos y todas los ciudadanos y ciudadanas.

La atención a los reclamos ciudadanos, con la apertura a los espacios institucionales para su debida canalización. Activación de todos los mecanismos legales y constitucionales para dirimir las diferencias y procesar aquellos reclamos que plantea una buena parte del país. Transparencia en la actuación de las instituciones garantizan la paz ciudadana.

Toda la dirigencia del país al servicio del pueblo, sin exclusiones. Respeto a los funcionarios  electos a instancias de representación y poderes públicos.

A la participación ciudadana, democrática y protagónica del pueblo, en libertad. Sin miedo y sin la utilización de ellos o sus iniciativas por parte de grupos, instituciones y personas con la intención de desviar sus legítimos propósitos.

A los medios de comunicación, para que atiendan las demandas ciudadanas, sin alimentar la polarización y el uso de sus espacios en beneficio de intereses partidistas.

A la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, para que cumpla con su deber constitucional y garantice la paz para todos los venezolanos. A todos los organismos de seguridad pública, garantizar el orden con el uso proporcional de la fuerza.

Recontar los votos es una solicitud legítima y apegada al orden jurídico. Fortalece la transparencia en el proceso electoral, el respeto a la voluntad popular y la democracia.

La cordura, la unión y la paz en VENEZUELA.

La violencia y clima de inseguridad que han marcado a la sociedad venezolana en los últimos años, la atención pública de la salud, el abastecimiento para asegurar la disponibilidad de bienes y servicios, el funcionamiento de los servicios públicos con calidad, entre otros temas, son los asuntos que reclaman urgente atención.

Lo social es el centro

Caracas, 18 de abril de 2013

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