Del 14 al 25 de junio de 1993, los representantes de 171 Estados se reunieron en la ciudad de Viena para participar en la “Conferencia Mundial de Derechos Humanos” convocada por la Organización de Naciones Unidas. Que tenía como objetivo concertar un plan para el fortalecimiento de las garantías que hacen posible la dignidad humana. Como resultado, se redactó y aprobó la “Declaración y Programa de Acción de Viena”, cuyo contenido inspira el accionar de muchas organizaciones de derechos humanos como Provea.
La Conferencia recomendó a los Estados que hicieran esfuerzos para erradicar el analfabetismo y que orientaran la educación hacia el pleno desarrollo de las personas, así como a fortalecer el respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales. Exhortó a todos los Estados e instituciones a incluir los derechos humanos, las leyes humanitarias, la democracia y el estado de derecho como materias de los planes de estudios de toda institución educativa, tanto del ámbito formal como del no formal. Además, la ONU creó el Alto Comisionado para los Derechos Humanos, el 20 de diciembre de 1993 para monitorear el cumplimiento de los compromisos.
La conferencia de Viena estableció entres otros aspectos lo siguiente:
1.- Todos los derechos humanos son universales, indivisibles e interdependientes y están relacionados entre sí. La comunidad internacional debe tratar los derechos humanos en forma global y de manera justa y equitativa, en pie de igualdad y dándoles a todos el mismo peso. Debe tenerse en cuenta la importancia de las particularidades nacionales y regionales, así como de los diversos patrimonios históricos, culturales y religiosos, pero los Estados tienen el deber, sean cuales fueren sus sistemas políticos, económicos y culturales, de promover y proteger todos los derechos humanos y las libertades fundamentales.
2.- La democracia, el desarrollo y el respeto de los derechos humanos y de las libertades fundamentales son conceptos interdependientes que se refuerzan mutuamente. La democracia se basa en la voluntad del pueblo, libremente expresada, para determinar su propio régimen político, económico, social y cultural, y en su plena participación en todos los aspectos de la vida. En este contexto, la promoción y protección de los derechos humanos y de las libertades fundamentales en los planos nacional e internacional deben ser universales y llevarse a cabo de modo incondicional.
3.- Reafirma la importancia de garantizar la universalidad, objetividad y no selectividad del examen de las cuestiones de derechos humanos.
4.- Reconoce la importante función que cumplen las organizaciones no gubernamentales en la promoción de todos los derechos humanos y en las actividades humanitarias a nivel nacional, regional e internacional. La Conferencia aprecia la contribución de esas organizaciones a la tarea de acrecentar el interés público en las cuestiones de derechos humanos, a las actividades de enseñanza, capacitación e investigación en ese campo y a la promoción y protección de los derechos humanos y las libertades fundamentales.
El texto de la Conferencia constituye un interesante piso desde donde defender los derechos humanos, con un espíritu progresista y solidario. En su apartado 14 se expresa claramente que la generalización de la pobreza extrema inhibe el pleno y eficaz disfrute de los derechos humanos; por lo que la comunidad internacional debe seguir dando un alto grado de prioridad a su inmediato alivio y su ulterior eliminación. Esta intención es reiterada en el artículo 25 donde se afirma que la pobreza extrema y la exclusión social constituyen un atentado contra la dignidad humana. El artículo 15 afirma que la pronta y amplia eliminación de todas las formas de racismo y discriminación racial, de la xenofobia y de otras manifestaciones conexas de intolerancia es una tarea prioritaria de la comunidad internacional. El 18 que los derechos humanos de la mujer y de la niña son parte inalienable, integrante e indivisible de los derechos humanos universales. La plena participación, en condiciones de igualdad, de la mujer en la vida política, civil, económica, social y cultural en los planos nacional, regional e internacional y la erradicación de todas las formas de discriminación basadas en el sexo son objetivos prioritarios de la comunidad internacional. El apartado 20 reconoce la dignidad intrínseca y la incomparable contribución de las poblaciones indígenas al desarrollo y al pluralismo de la sociedad y reitera firmemente la determinación de la comunidad internacional de garantizarles el bienestar económico, social y cultural y el disfrute de los beneficios de un desarrollo sostenible.
Hay quienes intentan promover una visión sesgada de derechos humanos que relativice la responsabilidad del Estado en garantizarlos y satisfacerlos, deslegitimando los mecanismos internacionales para la supervisión de los gobiernos. Las organizaciones como Provea seguiremos siendo fieles a unos valores que han sido construidos, tenaz y pacientemente, tras años de luchas sociales y populares. Nuestras organizaciones no trabajan para ganar indulgencias, sino para defender a las víctimas de sus victimarios.
(*) Coordinador del Programa de Investigación de Provea
www.derechos.org.ve
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@fanzinero