Los derechos humanos (DDHH) cada vez toman más fuerza en los diversos sectores de nuestro país.
Aunque falta mucho camino por recorrer en cuanto al logro de sociedades auténticamente respetuosas de los derechos humanos, no deja de ser un hecho positivo el que se encuentren presente y sean un tema de reflexión.
Es necesario que rescatemos los DDHH desde una perspectiva positiva, así como la posibilidad de su vigencia y disfrute.
Los derechos humanos deben ser estudiados con la convicción de que su vigencia debe ser una realidad a corto plazo, y así hablar de sociedades en las que la labor de las defensoras y los defensores, activistas, actores sociales, etc., sea la de prevenir y ser vigilantes de su vigencia y no de actuar cuando son vulnerados.
Cuando hablamos de derechos humanos nos referimos a todos aquellos elementos que confluyen hacia un eje central: la dignidad del ser humano.
Revisando el diccionario encontramos que dignidad significa “cualidad del digno” y digno es “merecedor de algo”.
Así que la dignidad es un valor intrínseco y supremo que todos tenemos; es decir, todo lo que merecemos para vivir una vida justa, igualitaria, solidaria, libre con independencia de las características físicas, el desarrollo intelectual, la posición social u otros condicionantes jurídicos, económicos o culturales, simplemente por ser seres humanos.
Cabe señalar que existen innumerables tesis filosóficas acerca de los DDHH e innumerables posturas e interpretaciones, pero todas apuntan como se señaló anteriormente a la “dignidad del ser humano”.
Pero no quisiera detenerme aquí, ya que mi meta es llegar a una de las características de los derechos humanos, que nos permitirá apreciar y entender mejor su concepto.
Cuando tomas una fotografía de alguien y la enseñas, te preguntan ¿cómo se llama? ¿qué hace? ¿cuántos años tiene?, ya que una simple fotografía no te permite conocer sus particularidades y qué la caracteriza.
De la misma manera los derechos humanos poseen atributos, elementos que los identifican y que te permiten reconocerlos.
Características de los DDHH
Los derechos humanos son universales, inalienables e intransferibles, acumulativos, imprescriptibles o irreversibles, inviolables, obligatorios, transcienden las fronteras nacionales, integrales, son indivisibles, interdependientes, integrales y no jerarquizables.
Como puedes ver son muchas sus características y cada una de ellas conlleva una exposición, definición, un término que consiste en una descripción detallada de su contenido.
El día de hoy de manera particular nos focalizaremos en una de sus características: interdependencia e indivisibilidad.
Los derechos humanos están estrechamente vinculados.
Quiere decir que no podemos separarlos o hacer una categorización de ellos, ya que su clasificación debe ser entendida como particularidades de cada grupo de derechos y no como jerarquización.
A nivel teórico existe una variedad de criterios, clasificación.
La clasificación de los derechos humanos en tres generaciones de derechos es válida únicamente desde el punto de vista pedagógico para que permita mirar su desarrollo en la construcción de derechos, porque categorizar los derechos con el fin de separarlos por generaciones sería una visión reduccionista, porque la indivisibilidad de los derechos es la principal característica de la unidad conceptual de los mismos.
Interdependencia e Indivisibilidad
Si ponemos como ejemplo la realización y cocción de una torta, la cual es conocida como “masa de harina y manteca, cocida al horno, en el que ordinariamente se envuelve crema o dulce, y a veces fruta, pescado o carne”, cuyo objetivo es formar un alimento y lo asociamos con la visión de interdependencia e indivisibilidad de derechos humanos, podemos decir que cada ingrediente (huevos, leche, harina, etc.) de nuestra torta representa un derecho (vida, vivienda, salud, integridad personal, laboral, etc.), los cuales se fusionan, se unen para generar los derechos humanos.
Esto solo nos indica que es imposible esquematizar o categorizar los DDHH, dado que su propia naturaleza implica un todo, una globalidad y que deben ser vistos como un todo indivisible.
Es así que la concreción de la dignidad del ser humano implica su realización plena en todos los ámbitos de la vida.
El disfrute de una buena educación, de seguridad, de libertad, de un ambiente sano, entre muchos más, constituyen los medios para la realización y el disfrute de su condición de ser humano.
Siguiendo con el ejemplo de la realización de la torta, si faltara un ingrediente de elaboración como la harina, esta se alterará y no quedará con la consistencia y sabor que debe tener una buena torta; de igual manera si uno de los derechos se afecta, repercutirá en la dignidad humana en su conjunto.
A pesar de que pueden existir diferencias entre algunos derechos humanos, de acuerdo con su naturaleza y ámbito de aplicación, esto no debe llevarnos a la equivocación de establecer rangos o jerarquías entre ellos.
Vulnerar un derecho va contra la realización del conjunto.
