«La vacunación está prevista para determinados grupos en particular. Los grupos de riesgo son las personas que pertenecen al personal de salud, los que padecen de enfermedades cardiovasculares, enfermedades pulmonares severas, personas con cáncer, embarazadas… »
Eso explicó la ministra de salud, Isabel Iturria, el mes pasado, cuando aparecieron los primeros casos de gripe AH1N1 en el país. Pero la realidad ha sido otra.
En un país donde apenas hay vacunas para la población, el personal de salud ha terminado desamparado.
De acuerdo con el ex ministro de salud, José Félix Oletta, «en Venezuela, según la ministra solo se vacunó a tres millones de personas en 2013, es decir, solo una de cada cinco personas ubicadas en grupos de riesgo».
Todo ello a pesar de que la dosis fue incluida en el esquema de inmunizaciones que se ha establecido en el país.
«Cuando aparecieron los primeros casos empezaron a vacunar al personal pero muchos quedaron por fuera, debido al déficit de vacunas», explicó Alfredo Villarroel, médico residente de Medicina Interna del Hospital José María Vargas.
«La mitad de los residentes no están vacunados y es preocupante porque nosotros somos quienes atendemos a pacientes que llegan con patologías respiratorias». Como contó Villarroel, la mayoría ha tenido que asegurar la inmunización por sus propios medios.
Lo mismo le ha sucedido al personal de enfermería. Quien preside el Colegio de Enfermeros de Caracas, Ramón Agüero, afirma que han solicitado los insumos para su protección sin recibir respuesta.
«Una enfermera en Táchira ya falleció por AH1N1. Además, hay otros casos en la capital de enfermeros contagiados. Es una situación muy grave», explicó el dirigente de la institución. «Somos personal susceptible a ser contaminado por cualquier paciente».
En hospitales como los nacionales donde hay fallas de insumos básicos como guantes, gasas o alcohol, no debe sorprender que tampoco carezcan de las mascarillas necesarias para que el personal se proteja del virus.
«Lo grave es que se pueden enfermar, ya se están enfermando. No tenemos material de prevención. Cuando van a ver pacientes infectados no tienen mascarilla, bata protectora ni gorro para minimizar el contacto con las secreciones», explicó la doctora Ana Carvajal, infectóloga del Hospital Clínico Universitario y miembro de la Red de Sociedades Científicas Médicas Venezolanas.
Algunos médicos ha optado por buscar la mascarilla, la N95, en ferreterías. El problema es que también cuesta conseguirlas, porque es material importado.
Carvajal señala otro problema importante ante la epidemia y es la precaria limpieza de los hospitales, tan importante como medida de prevención.
Falta de higiene
«La limpieza en los hospitales es lamentable. Muchos no tienen cosas como desinfectante o cloro», señaló infectóloga Ana Carvajal.
En hospitales como el Simón Bolívar de El Algodonal su comentario queda comprobado. Hace par de meses José Gregorio Suárez fue intervenido en el centro asistencial.
Su hermana cuenta que, para entonces, tuvo que incluir en la lista de compras de medicamentos también productos para limpiar la sala donde estuvo recluido. (Valentina Ovalles, El Universal, 24.06.13)