Jorge Vale, paciente del hospital de Coche, gastó Bs 2.100 en tres cajitas de Vancomicina; en el servicio de Cirugía Cardiovascular del Universitario, Iván debe comprar las grapas que necesita para su intervención quirúrgica (cada paquetico cuesta 670 Bs).
En los principales hospitales de Caracas los insumos corren por cuenta de los pacientes, y aunque la situación no es nueva, personal médico y obrero coinciden en que el problema se ha agravado.
En el Vargas le entregan a los familiares una lista de lo que deben traer cuando tienen a alguien hospitalizado: agujas, guantes, vendas, gasas, rollos de adhesivos, povidine y hasta solución para esterilizar los instrumentos quirúrgicos.
Los pacientes también compran jabones y desinfectantes para limpiar su cubículo y los baños y resguardarse de las bacterias.
Ivón Muñoz, representante del sindicato obrero del Vargas, vio hace días como un médico usó un papel para taparle el hueco de una puñalada a un paciente porque no había gasa.
El miércoles una doctora interrumpió al director del hospital Vargas, mientras se dirigía a los trabajadores en una asamblea, para que éste le gestionara con urgencia un anestésico que necesitaba para un paciente en estado crítico.
Una enfermera del Vargas cuenta que en el área de Terapia Intensiva no hay anestesia inyectadoras, guantes ni medicamentos. «Los familiares tienen que salir a comprar a la medianoche».
Faltan artículos básicos como las sábanas y material administrativo como tinta, lápiz y papel no existe desde hace seis meses, denunció una empleada del Vargas.
Rosa Torrealba, de la sociedad médica del hospital José Gregorio Hernández, en los Magallanes de Catia, precisó que hace más de un mes están en emergencia por la falta de insumos.
«No hay soluciones, batas, vendas, compresas. A veces llegan antibióticos y otras veces no. Los usuarios tienen que comprar el material y por la ausencia de insumos y de personal se han paralizado intervenciones quirúrgicas».
Torrealba explica que la adquisición de medicamentos e insumos está centralizada.
«Los contenedores están llegando con retraso y cuando llegan los materiales no alcanzan para todos los hospitales del Área Metropolitana, lo que nos entregan no es suficiente para la cantidad de pacientes que tenemos».
A la falta de insumos se une la escasez de personal.
En el Magallanes de Catia hacen falta enfermeras para el área quirúrgica. Los pabellones funcionan de 7 a 1 pm pues para el turno de la tarde no hay personal.
«Los turnos quirúrgicos son muy espaciados. Este mes, por ejemplo, el servicio de Traumatología tiene solo dos turnos: el 16 y el 30 de agosto. Eso significa que solo puedo operar dos personas por mes», explica Torrealba.
Mientras tanto en Traumatología quince pacientes esperan intervención, dos de ellos están hospitalizados hace 54 días.
La espera complica la cirugía y su duración. Cuando un paciente de traumatología pasa cincuenta días esperando por una operación se corre el riesgo de que las fracturas se consoliden de manera errada, entonces al operar hay que refracturar el hueso.
«Se tornan operaciones muy largas porque el paciente sangra mucho y en lugar de operar a dos personas solo logramos hacer una intervención», precisa Torrealba.
Pablo Zambrano, del movimiento de Sindicatos de Base del sector salud, denuncia que los hospitales de Caracas no tienen presupuesto asignado, sino que reciben asignaciones trimestrales que muchas veces se retrasan. «Se reparan los equipos o se inauguran áreas y después no hay recursos para el mantenimiento». (Delia Meneses, El Universal, 01.08.13)