El edificio comercial de Corpoelec en Palavecino, amaneció este lunes atestado de pancartas alusivas a exigencias reivindicativas salariales incumplidas por la estatal eléctrica.
Aunque la oficina de recaudación no cerró sus puertas, ni sus empleados paralizaron las actividades laborales, todos los vidrios de los ventanales, columnas, puertas, portones, vehículos oficiales, exhibían demandas como: «Pago ya de nuestros pasivos laborales.
Pago de nuestros intereses de Fideicomiso y retroactivo del atrasado ajuste salarial. HCM, Uniformes, Fondo de Jubilaciones, caja de ahorros (aporte de la compañía)”.
En los vistosos avisos también se podía leer el descontento general con la centralización de la nómina. Entre las innumerables demandas también destacaba la solicitud de destitución inmediata de dos funcionarios, así como de los líderes sindicales.
Vulneran convención colectiva
La pasada semana el Ministro de Energía Eléctrica Jesse Chacón, conjuntamente con el representante de la Federación de Trabajadores de ese sector, Ángel Narváez, anunció el pago de prestaciones sociales «engavetadas desde hace dos años”, declararon empleados de Corpoelec Palavecino, quienes pidieron anonimato por temor a posteriores represalias.
«Nos deben un 16%, en dos partes, un 8% del año 2011 y el restante del 2012, sin mencionar el 2013, pasivos establecidos en la convención colectiva”, describieron.
Dicho ajuste salarial, del 33%, debió entrar en vigencia a partir del mes de marzo de 2011, pero no fue hasta junio de 2013, cuando se saldó.
Sin embargo, agregan los funcionarios descontentos, que el ministerio aún adeuda el retroactivo de ese ajuste desde el 2011 hasta la fecha, exigiendo su cancelación de inmediato.
«Nos adeudan este retroactivo que tiene incidencia en vacaciones, prestaciones sociales, utilidades, entre otros”, explicaron. La diferencia o el repele de utilidades también es otra deuda milmillonaria de Corpoelec con sus empleados.
Un desastre en la nómina
Luego de la centralización de la nómina de los empleados de Enelbar, han ocurrido serios altercados con faltantes, horas extras, días feriados, pues argumentan que los sueldos se calculan «como a ellos les plazca”.
«Hay trabajadores que cobran semanalmente 10 bolívares, 100 ó 200. No existe un estándar para los descuentos a pesar que el contrato y la ley especifica claramente que a un trabajador no se le puede descontar más de un 30% de su salario, violando la norma que por años nos rige”, sostuvieron.
Exigieron destituciones
Asimismo, los funcionarios declararon que exigen la destitución inmediata de Nelson Narváez e Iveth Marín, gerente de Talento Humano de la Región, acusada de negligente y saboteadora.
«Podemos demostrar que a gran parte de los trabajadores de Cadafe les han cancelado el Fideicomiso, mientras al grupo de Enelbar, los cálculos fueron engavetados”, comentaron.
Una empresa en ruina
Según los empleados de Corpoelec, esta empresa tiene serias deficiencias reflejadas en el deterioro del parque automotor, insumos de trabajo (desde materiales en redes, repuestos, hasta insumos de limpieza).
«Los mismos linieros y trabajadores de campo deben hacer colectas semanales para cubrir las necesidades y fallas operativas”, resaltaron. «Los trabajadores de planta tenemos que colocar dinero de nuestro desgastado sueldo para poder hacerle servicio a las unidades. Es constante el cambio de baterías, cauchos, cambio de aceite, repuestos diversos, que deben asumir los trabajadores como contribución a la Revolución”, acentuaron.
Precisaron que Corpoelec tiene cuatro unidades y solo una está en servicio.
En Servicios Generales (Barquisimeto) existe un cementerio de unidades, todos parados por frenos, baterías, cauchos y otros repuestos. Los insumos de oficina también son deficientes y los de aseo personal también escasean desde hace mucho tiempo. «Después de ser una empresa modelo del estado, estamos en ruina”, acotaron con nostalgia. (Luis Perozo, El Impulso, 10.09.13)