El 15 de octubre Provea cumplió 25 años promoviendo y defendiendo los derechos humanos en el país.
La gente pobre es, sin duda, la que más se ha beneficiado de la acción realizada por el equipo que trabaja en Provea, ya que es el sector social más vulnerable a las violaciones de derechos humanos.
Empezando por el emblemático caso de la masacre de El Amparo, ocurrido escasos días después de la creación de Provea, pasando por una serie amplia de acompañamientos y acciones judiciales de trabajadores y trabajadoras del campo y la ciudad, indígenas, sindicalistas, personas que luchan por el acceso a viviendas, niños, niñas y adolescentes vulnerados en su derecho a la salud o al estudio, refugiados y asilados políticos, jueces, militares, policías nacionales y regionales, mujeres, estudiantes y docentes universitarios, familiares de víctimas asesinadas por cuerpos de seguridad del Estado, personas torturadas, familias de gente privada de su libertad, hasta pensionados o jubilados de Viasa, Cantv y Min-Educación, muchas de las historias de las violaciones a los derechos humanos en Venezuela, forman parte de la historia de Provea.
Son 25 años diciendo “no” a la arbitrariedad, haciendo visibles los abusos del poder y gritando contra el silencio tenebroso de la impunidad.
Provea se ha convertido en la casa a donde acuden personas que están a punto de perder la esperanza, que vienen con lágrimas en unos ojos llenos de rabia o frustración, y con unas manos cansadas de tocar la infinidad de puertas que antepone la incapaz burocracia de los organismos públicos, en materia de garantía a los derechos humanos.
Provea es también la silla donde se sienta, la mesa donde escribe, el teléfono por el que habla o la dirección electrónica que enlaza con una palabra oportuna y diáfana, a quien busca una orientación para defender sus derechos humanos.
Provea ha consolidado una metodología para monitorear la situación de los derechos humanos en el país.
Diseñado y puesto a prueba exitosamente, durante este primer cuarto de siglo de vida, el informe anual de Provea se ha posicionado como un referente para el pueblo venezolano y organizaciones sociales, medios de comunicación y para el gobierno de turno.
Así como ha habido felicitaciones, año tras año también hemos sido objeto de duras y hasta amenazantes palabras emanadas de autoridades gubernamentales.
Nuestro mensaje en los medios de comunicación y hacia la colectividad que nos sigue en las redes sociales, generalmente se asocia al derecho a defender derechos, reivindicando el derecho a la protesta pacífica, a la huelga y la validez de utilizar todos los medios alternativos de presión, para que las personas, víctimas de violaciones de derechos humanos, busquen y alcancen soluciones ante un Estado históricamente indolente.
El aniversario número 25 de Provea se cumple sobre un escenario lleno de complejidades en la Venezuela del año 2013: nadie puede ocultar los importantes déficits existentes en materia de derechos humanos.
La exclusión política, el retroceso en la lucha contra la pobreza, la alta polarización y una preocupante avanzada represiva por parte de las autoridades del Estado, hacen difícil el diálogo.
La inseguridad, la inflación, la impunidad y la merma general de la calidad de vida, claman por el concurso, en aras de su solución, del mayor consenso posible.
Esto implica no solo compartir diagnósticos, sino definir y ejecutar políticas públicas eficaces, nacidas desde un verdadero esfuerzo incluyente y honestamente colectivo. A ello apostamos.