luisa pernaleteDebo decir que no pude conocer a todos los candidatos ni para el cargo de alcalde ni para la ser concejales, pero de todos modos, hoy, después que muchos ciudadanos – espero que seamos muchos – votemos, habrán ganadores. Estos consejos son para ellos.

Comienzo por aconsejar que una vez que sepan los resultados, guarden la franela del partido que los postuló, pues ustedes son “servidores públicos”, no fichas de un partido. Deberán pensar en sus copartidarios y en los que votaron en contra e incluso en los que no votaron.

En segundo lugar, recomiendo llevar siempre a su trabajo tres textos legales: la Constitución, la Ley Orgánica del Régimen Municipal y la Lopnna. La primera, porque por encima de la Carta Magna ustedes no pueden aprobar nada.

La segunda, para que tengan presente sus competencias, y poder recordar al alcalde las suyas, La tercera, la LOPNNA, porque los niños, las niñas y los adolescentes son “Prioridad Absoluta”, y eso debe estar en un gran aviso, de manera que cuando les toque discutir presupuestos, por ejemplo, se acuerden dónde están las prioridades. Ah, si algún miembro de la cámara todavía no sabe lo que supone la Prioridad Absoluta, pueden invitar a alguien del Concejo Municipal de Derechos para que lo expliquen.

En tercer lugar, aconsejo que de vez en cuando vayan a la Alcaldía en una “perrera”, ese transporte humillante que todavía prevalece en el municipio, de manera que sientan en carne propia lo que eso supone, y encomiéndense a Dios para que no sean asaltados, porque ese miedo permanente también está entre los usuarios.

En cuarto lugar, para el Día de Reyes, regalen a sus compañeros un rollo de tirro, para que lo usen con frecuencia y dediquen tiempo a escuchar a los ciudadanos y ciudadanas entes de actuar.

La naturaleza sabia nos ha dado dos oídos y una boca, de manera que podemos escuchar el doble de lo que hablamos. Escuchar es una buena práctica para tomar decisiones. Si tienen hijos pequeños, consúltenlos a ellos también, mientras mas pequeños podrán tener mejores ideas porque no estarán contaminados por los adultos. Escuchen también el clamor de las madres de esta ciudad que han perdido hijos a causa de la violencia.

“Escriba – me pidió una de La Victoria en estos días – que vengan y vean el dolor que se siente con cada joven que cae en estas calles por balas, escriba que estamos cansados de tanta muerte inocente”. Escuchen también a las madres de hijos que se han perdido en malos caminos, y sabrán que mucha quisieron ayuda y no encontraron una mano extendida, un centro de orientación con especialistas, una autoridad que apoyara. Ellas también sufren.

En quinto lugar, den una vuelta por las comunidades populares y cuenten cuántos parques infantiles hay, cuenten cuántos centros de educación inicial, vean las invasiones alrededor y midan cuántos metros se han dejado para escuelas y luego piensen cuántos niños y adolescentes están por fuera de sistema escolar. En la Redhnna – Red de Defensa de Derechos de Niños y Adolescentes- sacó cuentas con datos oficiales y nos dio que el 17% está sin estudiar.

Sin escuelas y sin parques ni programas permanentes para la recreación sana los niños y adolescentes quedan en manos de “la esquina”, y todos sabemos los peligros de las esquinas hoy. En esas vueltas, pregunten cuántos casos de dengue y malaria hay… vean si hay basura acumulada y si esperen a las 5.30 – si son valientes – y observen cómo está el alumbrado público. No pregunte si los vecinos votaron o no por usted. Para un servidor público todo el arcoíris tiene igualdad de derechos.

En sexto lugar, cada noche haga su examen de conciencia y pregúntese qué hizo por la ciudad, evalúe si se ha ganado su sueldo honradamente, imagine que los electores están ahí escuchando su examen y piense si se siente feliz de la nota que le han puesto.

Por último, aconsejo que se compren alguno de los libros escritos por Nelson Mandela, “El Largo Camino a la Libertad “- su autobiografía -, por ejemplo, o “Conversaciones Conmigo Mismo”- algo así como su archivo personal – ¡ambos extraordinarios! y con esas páginas comprenderán porque en vida blancos y negros lo aplaudieron, y hoy negros y blancos lloran su muerte, comprenderán la importancia del diálogo para unir a pueblos divididos, incluso cuando hay años y años de sufrimiento, comprenderán porque hoy no recordamos a los presidentes que impusieron el apartheid en Suráfrica pero todos recordamos a Mandela, humilde y generoso.

Fraternalmente,

Luisa Pernalete

CFIP

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