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En dos de las principales avenidas de Guayana hay protesta. En la Angosturita personal de Ferrominera Orinoco avanzan a “paso morrocoy” exigiendo la liberación de Rodney Álvarez (el trabajador acusado del homicidio de Renny Rojas en 2011) y en la Guayana, en las adyacencias de CVG Alcasa, un grupo de aproximadamente 100 trabajadores de la industria del aluminio han decidido quemar cauchos.

Lo hacen en ambos sentidos. Mientras dos obreros atraviesan obstáculos, otro grupo de trabajadores espera debajo del elevado de CVG Alcasa.

El propósito es protestar hasta obtener una “respuesta definitiva”. Los trabajadores están eufóricos. Una protesta similar no se producía desde hace seis meses, cuando el Ejecutivo daba largas a la discusión de las cláusulas económicas del contrato colectivo de la industria del aluminio.

El secretario general del Sindicato de Trabajadores de CVG Alcasa, Henry Arias, cuida que “no hayan excesos”.

La manifestación comenzó para presionar la presencia del presidente de la CVG, pero a las 11:00 de la mañana aún no hay señales de que el también ministro llegue a la protesta. De modo que la dirigencia invita a los trabajadores a replegarse.

Primero interviene el secretario de trabajo y reclamo de Sutralum, Fernando Serrano. “¿Cuántos trabajadores de Venalum habremos aquí? ¿100? ¡Y somos seis mil! ¿Cuánto tiempo más vamos a estar aquí?, ¿cuántos quedaremos?” es el análisis con el que intenta convencer a los trabajadores sobre la necesidad de retirarse.

“Mañana nos marcaremos con un trapo, rojo, azul, no sé, para que nos quedemos aquí… porque sabroso es venir en la mañana, desayunarse dos arepas y luego irse a su casa a ver Globovisión”, prosiguió el ex candidato a alcalde.

En las redes sociales, los usuarios preguntan sobre la actuación de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) para quienes tienen trancada la autopista que comunica a Ciudad Guayana con el resto del país.

Y Serrano agradece. “Le damos las gracias a la Guardia Nacional que entendieron que nosotros no somos muchachos tirapiedras, somos hombres que estamos arrechos por nuestros derechos. Aquí no le corremos ni a bombas, ni a peinillas ni a nada de eso, aquí estamos defendiendo nuestra dignidad, y la dignidad no tiene precio”.

Arias cree que hay que tener cuidado. “Nos quieren vincular con el problema nacional y esta es una lucha histórica. Si mañana se va Maduro, nosotros seguiremos peleando con el que venga”.

Cuando están a punto de retirarse, el ministro Osorio aparece en la asamblea. Les repite que el pago está en trámites, que las empresas “no se recuperan de la noche a la mañana”, que el presidente Nicolás Maduro es obrerista (le responden con pitas) y que respetan la protesta, pero no el cierre de las calles.

“¡Esto es un caradurismo, vale!”, dice molesto un trabajador de Alcasa, Néstor López con 24 años de servicio. “Después de 15 años no tienen respuesta ¿qué más voto de confianza? ¿o será que los dirigentes sindicales también tienen su compromiso? ¡Que nos hablen claro!”.

Retahíla de reclamos

La protesta termina antes de las 12:00 del mediodía tras la promesa de Osorio de reunirse este jueves con los secretarios generales quienes aceptan aún a contracorriente de los trabajadores que planteaban quedarse en la calle.

El titular de CVG se marcha pero no sin antes recibir todo tipo de reclamos, como el de una trabajadora del comedor de Venalum con 30 años de servicio que ahora queda en la calle, o el de un técnico de Venalum que le avisa que de casi 100 buses, sólo quedan 13 en servicio. “Si eso no se arregla la empresa va a colapsar”, advirtió el hombre.

Osorio responde repitiendo los planes de inversión que el Gobierno cacarea desde 2012, pero el técnico de Venalum, Freddy Guzmán, le recuerda. “Si no hay generación no hay transmisión, al no haber transmisión no va haber capacidad para generar nuestra capacidad instalada. Hoy Guri ministro, usted lo puede ir a ver, eso está en las tablas”.

Desesperado, y casi más lúcido que el resto de la dirigencia, el trabajador le suplica que le responda. “Nosotros no queremos trancar nada porque este pueblo de Guayana nos duele a todos los venezolanos, a todos los guayaneses. Hoy día le estamos pidiendo al gobierno central, porque dependemos ahora del 97 por ciento de la producción de petróleo porque Guayana está olvidada, ministro”.

El ministro calla y trata de regresar al vehículo en el que llegó. Antes un trabajador de Bauxilum lo despide. “Míreme a los ojos compañero, este que está aquí comenzó con el chavismo y hoy estoy en la oposición. ¿Sabe por qué? Porque estos compañeros que están en las empresas acabaron con la tranquilidad del pueblo”.

Y así concluye la jornada de protesta. La reunión será hoy, a las 8:00 de la mañana, una vez más, en la sede de la Corporación Venezolana de Guayana. (Clavel Rangel, Correo del Caroní, 19.03.14)

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