Indolencia. No hay otra forma de definir el comportamiento hasta ahora del gobierno frente a la grave crisis que presentan los servicios públicos de salud y la problemática general de la salud.
La situación es tan grave que en este momento no se está garantizando a la población las condiciones mínimas para una atención básica. Ello tiene consecuencias en la integridad física y en el derecho a la vida. Personas que ven agravadas su condición de salud y peor aún personas que pierden la vida porque no había equipos, o estaban dañados, no había personal de salud o no se encontraron las medicinas para el tratamiento.
Los pacientes con cáncer o con VIH pueden dar cientos de testimonios.
Es necesario decretar la emergencia en salud. Y con esa declaratoria convocar a todos los sectores que puedan aportar para afrontar la situación con carácter de urgencia.
Hay cuatro aspectos fundamentales que deben abordarse para transformar la situación de crisis.
En primer lugar hay que crear un sistema de salud. Hoy no tenemos sistema. Existe un archipiélago de servicios descoordinados y sin una rectoría única. En el país hay 14.000 establecimientos de salud de los cuales el 90% es público que dependen del ministerio de salud, del seguro social, ministerio de la defensa, misión médica cubana, gobernaciones, etc.
En segundo lugar, se requiere presupuesto suficiente que sea ejecutado con eficiencia y con transparencia. No solo hay altos niveles de corrupción. Muchos casos los señala la propia Contraloría General, sino también enormes niveles de ineficiencia. Se dota por ejemplo un centro de salud con equipos y pueden pasar años para que sean puestos a funcionar. Se compran medicinas que no se distribuyen y terminan en la basura. Se planifican jornadas de vacunación que nunca se realizan o se cumple un mínimo de la meta.
El presupuesto que se asigne debe optimizarse y debe haber un criterio racional de distribución. ¿Cómo es posible que, por ejemplo, PDVSA en el 2012 haya asignado a la Misión Barrio Adentro 86% más del dinero presupuestado para el Ministerio de Salud en el 2013 y la Misión además se mantenga en crisis?.
En tercer lugar hay que cumplir con el mandato de la Constitución que establece que lo prioritario debe ser en lo preventivo. En este terreno la situación no puede ser peor. No hay una política de prevención de enfermedades y para garantizar la salud. Se ejecutan acciones esporádicas, parciales y que cubren sectores a veces muy pequeños de la población. Hay patologías prevenibles con adecuadas medidas pero que en el país continúan causando muerte por la ineficiencia en la gestión pública de salud.
Finalmente, hay que atender al personal que trabaja en el sector salud. Cerca de 15.000 profesionales se han retirado de la salud pública en los últimos años. Con un gobierno que desprestigia al profesional que aspira buenos salarios y con salarios bajos esa fuga se mantendrá. Presidente Nicolás Maduro, revise, rectifique y reimpulse.
Miles de vidas se quedan en el camino por la indolencia del gobierno.