Este es mi último escrito en la columna que gentilmente cedió a Provea el diario Tal Cual hace ya seis años. Desde el año 2008 escribo semanalmente en este medio sobre temas diversos en materia de derechos humanos. Algunos sobre la coyuntura del país analizada desde la perspectiva de los derechos humanos y otros con un sentido más informativo o de capacitación en derechos humanos.
A través de todos estos años hemos realizado un esfuerzo por aportar información sobre la situación de los derechos humanos en Venezuela y orientar en la medida de las posibilidades sobre mecanismos de defensa de los derechos. Igualmente sistematizado algunos casos exitosos en tribunales.
El abuelo Antonio se tituló uno de ellos donde contamos como se logró enjuiciar a varios funcionarios policiales que ejecutaron a un joven trabajador y lo presentaron en los medios como si hubiesen asesinado un delincuente. Don Gulino y la justicia fue otro donde narramos como tras 10 años de lucha un adulto mayor de 86 años logró con el acompañamiento de Provea obtener una sentencia que le restituyó su derecho a la jubilación.
Recientemente escribimos “Victoria Histórica” referida al gran triunfo que obtuvo el movimiento obrero del país con la libertad plena concedida al sindicalista Rubén González.
Durante ocho años hemos escrito cuestionando la extrema polarización del país, promoviendo la tolerancia, reivindicando el diálogo como mecanismo democrático de resolución de conflictos y apostando a la necesidad de fortalecer la democracia con desarrollo social y combate a la pobreza.
Hemos tenido la satisfacción de encontrar estudiantes universitarios a quienes un profesor les recomendó la lectura de los artículos; de ver transformado lo escrito como una noticia en un diario nacional o regional o que el artículo haya sido leído íntegramente en algún programa de radio. La curiosidad de haber conocido en voz de un funcionario de la policía nacional a quien le di clase que hacia circular algunos artículos entre sus colegas.
Igualmente polemizado de manera muy respetuosa con amigos e incluso familiares que se identifican chavistas quienes han criticado el contenido de varios artículos. Algunos artículos, llegaron a publicarse en portales como aporrea y otros de la misma tendencia.
La despedida de hoy es el inicio de un proceso que me llevará en pocos meses a dejar la Coordinación General de Provea. Por estatutos de la organización debe haber una renovación de la Coordinación y se debe convocar un concurso público. Una sana medida para garantizar el surgimiento de nuevos liderazgos. Otros destinos me esperan para seguir acompañando a las víctimas de violaciones a los derechos humanos y continuar luchando por una vida digna para todas y todos en el país.
La columna continuará a partir de la próxima semana con María Esperanza Hermida integrante del equipo Coordinador de Provea, con amplia experiencia en la actividad sindical quien cada vez asume más compromiso y protagonismo como defensora de derechos humanos. Hasta luego y gracias a quienes me leyeron durante varios años.