La constitución de las milicias obreras en la estructura de trabajo luce en teoría como un hecho tangible en el corto plazo en la administración pública.
El proyecto de «convención colectiva marco socialista de los servidores y servidoras de la patria», que fue propuesto por Fedeunep y Fentrasep ante el Ejecutivo y que se espera sea aprobado próximamente, establece en la cláusula número seis que ambas federaciones de trabajadores públicos conjuntamente con sus sindicatos afiliados constituirán las milicias obreras.
Explica el texto que con esta nueva forma de organización laboral se pretenderá el fortalecimiento del poder defensivo nacional, a través de la consolidación de la unidad cívico militar.
Esta alianza, que ha sido un objetivo clave dentro del Gobierno del Presidente Nicolás Maduro, llama la atención de organizaciones de derechos humanos como Provea, que ve con preocupación que Maduro, siendo un líder civil, ha traspasado la frontera del mundo militar más que el propio Hugo Chávez, que venía de la Fuerza Armada Nacional.
Rafael Uzcátegui, coordinador de Investigación de Provea, alertó sobre el peligro que implican en el derecho al trabajo la conformación de las milicias obreras y la obligatoriedad de las empresas y trabajadores a inscribirse en el Registro para la Defensa Integral.
«Las milicias y los cuerpos de combatientes los relacionamos con todos los impedimentos a la realización del derecho a huelga y la disuasión de los conflictos laborales», refirió.
Uzcátegui consideró preocupante que sean las propias organizaciones gremiales, en referencia a Fedeunep y Fentrasep, las que institucionalicen el militarismo a lo interno de los centros productivos, en una clara contradicción del derecho a la libertad sindical.
Recordó que la única organización legítima y constitucional de los trabajadores son los sindicatos.
El proyecto de contrato marco detalla que entre los objetivos de las milicias obreras dentro de la administración pública están: «la organización de los trabajadores prestos para coadyuvar con las autoridades correspondientes, la atención de las comunidades en casos fortuitos o de fuerza mayor, así como garantizar los servicios públicos fundamentales en caso de desestabilización, conflicto armado o sabotaje provocado por los enemigos del pueblo».
Para alcanzar estos objetivos, el papel de trabajo plantea que quienes formen parte de las milicias recibirán entrenamiento para la defensa del país y será obligatorio que la administración pública otorgue las facilidades, permisos, traslados y logística necesaria.
Uzcátegui destacó que bajo esas mismas premisas se han conformado las milicias obreras en las empresas básicas de Guayana, y hoy en día los resultados demuestran un claro deterioro de las reivindicaciones laborales y de intimidación contra los trabajadores. «Las milicias han servido de intimidación para la realización de paros y conflictos», apuntó.
Aunque la inclusión de las milicias se está trabajando sobre un proyecto de contrato marco que todavía no ha sido aprobado, el representante de Provea consideró que sindicatos y organizaciones gremiales deben permanecer alertas ante este tipo de pretensiones, al precisar que el Estado tiene una mora en toda la contratación colectiva y «con las milicias lo que busca es intimidar para que los acuerdos sean favorables al patrono». (Yaneth Fernández, El Universal)