Viene el nuevo año escolar, se requieren los 100 planteles nuevos, prometidos por el ministro de Educación -y algunos más- se requiere garantizar útiles para todos los estudiantes, y también se necesitan uniformes, buenos maestros y … alumnos.
En cuanto a lo primero. Nos gustaría saber para dónde están previstos esos nuevos planteles. Sería motivo de alegría también que se terminaran pronto esas construcciones que están a medio camino, como esa del barrio La Victoria en San Félix que lleva nueve año en lista de espera.
En relación a los útiles, basta con ver los precios actuales para anticipar que será difícil que los padres cumplan con lo necesario, además, ya los distribuidores han informado que no habrá para todos. Y sobre los uniformes, un pequeño productor me dijo que lleva 4 meses buscando telas y no consiguió. No podrá hacer los pantalones y las camisas a sus clientes. No es un caso aislado. Habrá que buscar los viejitos del año pasado.
Veamos ahora el tema de los maestros: no hay todos los necesarios. Se sabe que hay liceos en donde no se dan ciertas materias por falta de profesores, pero además, las escuelas de educación están vacías, los mejores bachilleres no quieren estudiar para ser educadores.
Hay dos razones, entre otras, que explican esta situación: los pocos incentivos para una profesión con tanta responsabilidad, y el clima de violencia de los planteles. “No creo que pueda enfrentarme a 35 adolescentes”, me comentó un recién graduado.
“En mi liceo ha habido amenazas a los docentes, sin embargo no hemos llegado a eventos extremos, pero donde trabaja mi hermana sacan pistolas, nadie se atreve a denunciar.” Me dijo una profesora de PuertoOrdaz. Hay otra razón, desde hace varios años desaparecieron los concursos para docentes en el ministerio, abundan los cargos interinos.
Un cargo dado “a dedo” puede dejar por fuera los que han estudiado por vocación. Cuando concursas y ganas, no le debes tu cargo al empleador, porque has demostrado que estás preparado para el trabajo, te sientes responsable de tu tarea. El concurso dignifica una profesión que está siendo muy golpeada. Proponemos, de nuevo, que el concurso sea el primer paso para entrar, y la evaluación pedagógica de desempeño, el paso para quedarse y ascender. No es todo, pero ayudaría.
Finalmente, también faltan alumnos. Se están yendo de las aulas. “De mi sección se fueron 9 este año”, me dijo Yrama, profesora de un liceo de San Félix. Añadió que ese había sido el número promedio de las 6 secciones del primer año de su plantel.
Tenía su libreta a mano y agregó que en el año escolar pasado, el total de los que dejaron los estudios sólo en el primer año había sido de 86. ¿A dónde van esos que se retiran? ¿Por qué se alejan de laescuela? ¿No les atrae el estudio? ¿Es por la necesidad de trabajar? ¿Es porque “otras propuestas” resultan más interesantes? ¿No hay suficientes profesores buenos que les ayuden a enfrentar los obstáculo propios de la etapa? Una compañera que trabaja en Maracaibo me dijo que conocía liceos púbicos con menos de 10 alumnos por aula.
No necesariamente el que se va de un plantel deja el sistema, tal vez decidió inscribirse en otro liceo, pero no hay seguimiento que nos asegure que esa es la razón de la despedida anticipada.
El MPPE sabe que la deserción al inicio del bachillerato es muy grande. Me gustaría que no hablara de “batalla”, porque no es una guerra, en consecuencia los medios para enfrentarla deben ser pacíficos: investigación, mejores liceos, prevención, suficientes y mejores profesores, atención a las familias…
Son problemas complejos, por eso hay que dedicarle mucha atención. Esperamos que la consulta educativa arroje luces, y se apliquen soluciones, por el bien de los niños, niñas, adolescentes y del país.