Desde 2002 Venezuela está incluida en la lista negra que anualmente publica la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos, Naciones Unidas ha comenzado a reprobar al Estado y las ONG insisten en alertar sobre el progresivo debilitamiento de las libertades y derechos en el país.
Sin embargo, en 2014 la situación ha sido más alarmante: 42 personas murieron y centenares resultaron heridas y encarceladas por manifestar su descontento en la calle; los enfermos agonizan por la escasez de medicamentos, y el ataque a periodistas y a medios se ha vuelto brutal y sistemático.
En mayo de 2014 9 organizaciones de derechos humanos reportaron el estado de la conflictividad social. Hasta marzo de 2014 hubo protestas en 16 entidades federales que involucraron a aproximadamente 800.000 personas. 93,35% fueron pacíficas y 34,05% fueron reprimidas.
“Esta última cifra contrasta con la más alta de las reprimidas por el gobierno del presidente Chávez, 7% para el año 2009. De esta manera, el gobierno de Nicolás Maduro reprime 485% más que su antecesor”, indica el informe.
Rafael Uzcátegui, coordinador general de Provea, suscribe el análisis de la historiadora Margarita López Maya: “A falta de carisma, la única respuesta que puede dar Maduro es la represión”.
El Observatorio Venezolano de Conflictividad Social reportó que durante el primer semestre de 2014 hubo 6.369 protestas (en promedio, 35 diarias) lo cual implica un incremento de 278% con respecto al mismo período en 2013.
Uzcátegui destaca que en 2014 se consolidó el uso de grupos civiles armados para reprimir (en 22% de los casos), así como el castigo ejemplarizante con propósito intimidatorio.
El Foro Penal Venezolano ha precisado los resultados de la criminalización de la protesta este año: 3.408 personas fueron detenidas, entre ellas 287 menores de edad; 1922 permanecen bajo proceso judicial y 69 presas.
“Iniciativas como el llamado Plan Independencia indican que el gobierno se está preparando para contener una segunda ola de protestas”, advirtió Uzcátegui.
La escasez impacienta. “En 2014 el desabastecimiento alcanzó niveles de falta absoluta en más de 70%, lo que ha producido el cierre de servicios, la suspensión constante de cirugías —por las cuales los pacientes esperan entre siete y ocho meses— y el colapso de los pocos servicios de emergencia de los cuales dispone la población”, indica un informe de Provea, publicado en septiembre.
Jo D’Elía, de Acción Solidaria, señala que la crisis de salud ha llegado a tales extremos “por el empeño del gobierno en desmantelar el sistema de atención pública y suplantarlo por un programa asistencialista”.
Con dos ejemplos, D’Elía ilustra el drama: la suspensión de las radioterapia en el Hospital Universitario de Caracas puso en peligro la vida de muchos pacientes; y una niña murió por lechina luego de ser trasladada de sala en el hospital J. M. de los Ríos, a causa de la rotura de una tubería de aguas negras”.
El peor año. El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa, el Instituto Prensa y Sociedad y Espacio Público consideran que 2014 ha sido el peor año para la prensa en las últimas 2 décadas. Hasta octubre se registraron 315 violaciones de la libertad de expresión. EL SNTP contó 165 agresiones a periodistas e IPYS 174.
El cambio de propiedad de algunos medios privados, el avance de la hegemonía comunicacional que pretende el gobierno, la escasez de papel y la autocensura empeoraron la situación de la prensa en 2014. (Edgar López, El Nacional, 10.12.2014)