Llamé a los tres Reyes Magos para ver si me adelantaban qué traerían este año, y me salieron con esta respuesta: “No iremos a Venezuela esta vez, llevamos años llevándoles muchas cosas buenas, décadas, siglos, ahora les toca a ustedes los venezolanos y las venezolanos enseriarse y ponerse de acuerdo para resolver sus problemas y potenciar sus riquezas y talentos”.
¡Me quedé fría! “¡Los necesitamos!” -dije angustiada- “Necesitamos de su magia, no vamos a poder solos con tantas penurias”.
“¡Si pueden!”, empezó Melchor. “Ya el año pasado cambiamos los regalos, dada la situación del país. No quisimos llevar oro, por temor a un atraco. Tampoco incienso, porque en tu país abundan los aduladores y no queríamos ayudar a los adulantes, y la mirra, para qué, si pocos saben qué es y para qué sirve. Tú reseñaste eso. Pero este año les vamos a ayudar urgiéndoles a dialogar para salir de los problemas. Escucha para que te des cuenta todo lo que tienen. Estuvimos pensando que para qué darles más oro, si ya le hemos regalado mucho ¿No conoces Las Claritas en el estado Bolívar? Uno de los yacimientos más grandes del mundo y mira los pueblos mineros: pura violencia y miseria. ¿Y qué me dices del “oro negro”?, tienen en abundancia, además llevan años con el barril a más de cien dólares, y dan pena las carreteras cercanas a la franja petrolífera del Orinoco, por dar solo un ejemplo. ¡Hay que romper la mentalidad rentista!”, dijo el rey casi bravo.
Luego siguió Gaspar: “Ya se sabe que la inflación venezolana es la mayor del planeta. Así no hay aumento que valga, se deshace cualquier salario, eso angustia tanto a la clase media como a los más pobres, tienen que controlarla. El gobierno podría preguntar a sus homónimos de Bolivia o a Ecuador qué han hecho. Son gobiernos amigos del de ustedes. Si esos países vecinos han podido ¿Por qué Venezuela no?”.
Le correspondió el turno a Baltazar: “También sabemos que los niños y niñas siguen sin tomar leche. ¡Eso es terrible y es un crimen! Pero Venezuela tiene capacidad para producir leche, hay tierra para los pastos. En otros tiempos del Zulia salían toneladas de leche. ¿Qué pasa con ustedes? Busquen expertos que puedan orientar las políticas económicas. Dejarse ayudar es signo de inteligencia. Recuerden además que la CRBV, la Lopnna y la Convención Internacional de Derechos del Niño, contempla que los pequeños son “prioridad absoluta”, “¿todavía los funcionarios no saben qué supone eso?, ¿la población no recuerda este principio todos los días a las autoridades? La infancia pasa rápido, ¡hay que moverse! En tu país hay expertos en políticas públicas que los invitan de otras partes. Ahí está Gloria Perdomo, ha sido invitada varias veces a El Salvador, por cierto también gobierno amigo de Venezuela. La gente de Psicología Positiva ha asesorado al Ecuador en políticas para los adolescentes. ¡Ustedes tienen gente. Es más, seguro que tú conoces a esos expertos”! Yo escuchaba calladita.
Y finalmente a coro me dijeron que en Venezuela tendríamos que ser más creativos, perseverantes, coherentes, para convivir pacíficamente: “Volvieron a salir en los primeros lugares de tasas de homicidio. Hay países que ha reducido esas tasas y que están trabajando en ello, como Jamaica -incluso creo que hay un venezolano experto ayudando- pero no es sólo recoger las balas, ya se sabe que los lemas y los avisos no desarman, se trata de llevarse con más amabilidad, de dejar de insultarse en las calles, en los medios, en las redes sociales. Lo cortés no quita lo valiente, dice un refrán. Los niños van a pensar que esa es la única manera de tratarse. Dialoguen, lleguen a acuerdos, ¿para cuándo lo van a dejar?”…
El discurso final fue más largo, pero creo que como regalo de los Reyes el discurso fue suficiente.