Mientras la prensa panameña reseña la inversión de millones de dólares en la logística de la VII Cumbre de las Américas, las medidas extraordinarias de seguridad y la opinión y protestas de sectores sociales locales que aspiran resultados favorables para los más pobres, en Ciudad de Panamá se respira un clima de expectativas diversas frente al futuro de los derechos humanos en el hemisferio.
Junto con Rafael Uzcátegui, Coordinador General de PROVEA; Nizar el Fakih Abogado del Centro de Derechos Humanos de la UCAB; Carlos Correa, Director de Espacio Público; Humberto Prado, Coordinador del Observatorio Venezolano de Prisiones; Marco Ponce, Coordinador del Observatorio Venezolano de Conflictividad Social; y un conjunto de defensores y defensoras de derechos humanos, asistimos entusiastamente a esta cita continental.
Como en ocasiones anteriores, la reunión de los gobernantes de los países americanos analizará algunas nuevas estrategias sobre problemas de la región, asuntos diplomáticos y/o comerciales de interés continental, pues este espacio debe su convocatoria originaria a la intención de implementar el acuerdo comercial llamado Área de Libre Comercio de las Américas o ALCA, previsto para entrar en vigencia hace 10 años.
No obstante, la Cumbre 2015 tiene nuevos ingredientes. Uno de ellos, quizá el menos percibido en lo inmediato, es la posibilidad de presentar propuestas desde la sociedad civil con enfoque de derechos humanos. Otro ingrediente es el lema del evento organizado por la OEA: “Prosperidad con Equidad: El Desafío de Cooperación en las Américas”. Ello puede representar el fortalecimiento de mecanismos garantes del cumplimiento a los derechos humanos en los países del hemisferio.
Entre los aspectos más llamativos de su edición 2015, es que Cuba no había asistido a Cumbre alguna desde que fuera suspendida como miembro de la OEA en 1962. Tampoco había sido invitada, a pesar que fue anulada esa suspensión en 2009. De manera que sólo después del anuncio de Obama de reanudación de relaciones, y luego que el gobierno panameño la invitó, Cuba asiste por primera vez a una Cumbre de las Américas.
Dialécticamente, pues así es la dinámica del devenir histórico, otro motivo que caracteriza a esta Cumbre lo representa la alta tensión diplomática que registran las relaciones entre los gobiernos norteamericano y venezolano, producto del reciente y criticado decreto del Presidente Obama. Sobre el particular, tanto PROVEA como el CDH-UCAB hemos expresado públicamente nuestro rechazo categórico a la decisión gubernamental norteamericana pues irrespeta el sistema interamericano e internacional de protección de derechos humanos e incumple el principio del debido proceso, entre otras razones.
Es en ese contexto donde se realiza el Foro de la Sociedad Civil y Actores Sociales, escenario en el que PROVEA, y las organizaciones presentes de la sociedad civil venezolana, junto a diferentes movimientos e instancias sociales de otros países, estamos generando debates cuyos ejes son muy diferentes a los temas de la reunión entre los gobernantes del hemisferio. Nuestras preocupaciones son educación, salud, energía, desarrollo sostenible y medio ambiente, migración y seguridad, participación ciudadana y gobernabilidad democrática.
Delegaciones de organizaciones progubernamentales de diversos países, especialmente en el caso de Venezuela, participan en este Foro con una agenda diferente a la defensa y promoción de derechos humanos. Ahora bien, debido a la grave situación de los derechos humanos en el continente, estamos acá para hacer valer su importancia y necesidad de su respeto en aras de la construcción de un mundo con equidad, superar la pobreza y desarrollar las potencialidades de la humanidad sin perjuicio del planeta.
Ese es nuestro rol en Panamá como defensores y defensoras de derechos humanos. Ese es nuestro compromiso: ser la voz de quienes son víctima de los Estados y sus gobiernos. Por eso se nos pretende criminalizar.