En su Informe Anual octubre 2007/septiembre 2008 sobre la situación de los Derechos Humanos en Venezuela, presentado en diciembre pasado, Provea alertó sobre el estancamiento del programa de salud Barrio Adentro, como parte de la desaceleración de las políticas en la materia, uno de los avances que el Ejecutivo nacional había logrado en años anteriores. Este diagnóstico era parte de un informe especial que realizaba un balance de diez años en políticas públicas en salud, resultados que fueron reseñados en algunos medios de comunicación.
La actitud gubernamental al informe repitió la tradicional respuesta estatal desde que este informe anual se inició en el año 1989: desestimar sus resultados, criminalizar a la organización y sugerir que sus motivaciones tenían razones poco transparentes. Sin embargo, uno de los ataques resaltó sobre los demás. Eleazar Díaz Rangel, un periodista que durante dos décadas saludó en diferentes ocasiones la realización de un informe alternativo sobre el cumplimiento de los derechos humanos en el país, argumentó que “dudaremos de sus informes en tanto no sea su propósito informar la verdad sino sesgar los hechos por intereses políticos o de otro orden”.
Provea recibió muchas comunicaciones de apoyo tras la publicación de la columna el 14.12.08 en Últimas Noticias, incluso de seguidores del presidente de la República. No quisimos hacernos eco de las comunicaciones que nos sugerían que el veterano comunicador, como director del medio de más alta circulación del país, debía mantener la, a su vez, mayor pauta publicitaria gubernamental destinada a un medio impreso. En cambio, redactamos una réplica que el diario aceptó publicar días después.
En el texto de Díaz Rangel, titulado “los numeritos de Provea”, el periodista filosofaba para cerrar su reflexión sentando cátedra: “Deberían recordar algo que se atribuye a Cicerón: que al embustero no se le da crédito ni siquiera cuando dice la verdad”. Refutando la cifra parcial de homicidios en el país, 10.606 homicidios entre enero y septiembre del 2008, Eleazar pasaba a refutar las cifras de la desmejora de Barrio Adentro, citando declaraciones del ministro Mantilla -realizadas también como respuesta a Provea-, para demostrar las inconfesables motivaciones del informe.
En su tiempo lamentamos que dichas conclusiones se realizaran en base a los titulares de prensa y no sobre el texto íntegro de la investigación. De esta manera el director de Últimas Noticias se hubiera ahorrado el desmentir cifras oficiales, por una parte, y por otra, el haber incluido en su opinión que la opacidad del Ministerio de Salud, en suministrar información pública sobre sus actuaciones, es corresponsable de cualquier inexactitud en los datos acerca de la Misión Barrio Adentro, y en general, en toda la red hospitalaria pública.
Toda esta introducción viene a cuento del discurso realizado por el presidente Hugo Chávez, el pasado 25 de julio, con motivo de la conmemoración del décimo aniversario de la elección de los miembros de la Asamblea Nacional Constituyente. En dicha alocución el primer mandatario alegaba: “Las misiones, por ejemplo, sin duda que algunas de ellas producto del tiempo, del desgaste, algunas veces del descuido y otros factores, pudieran estar sufriendo un proceso de desajuste. La Misión Barrio Adentro, por ejemplo, no tengo dudas, es cierto, se ha venido como bajando el nivel de eficiencia que tuvo siempre, estamos estudiando el tema, las razones, las causas (…) Los módulos de atención primaria de la Misión Barrio Adentro I, por ejemplo, no pueden terminar siendo lo que algunos terminaron siendo, un pequeño ambulatorio, no, todo eso tenemos que revisarlo a fondo, no podemos permitir que lo nuevo se contagie de lo viejo y se sobreponga el espíritu de lo nuevo porque si no el fracaso, sería el fin de esta revolución”. De esta manera, el presidente Chávez daba la razón a Provea: la Misión Barrio Adentro no posee ni el vigor, ni la extensión ni el nivel de atención que mostró en sus primeros años, lo cual contribuyó al aumento de los índices de atención primaria en el país, lo cual ha sido repetido reiteradamente en su informe sobre la situación de los derechos humanos en el país.
La preocupación continúa hoy, cuando se multiplican las denuncias acerca de ambulatorios cerrados, de ausencia de medicinas y equipamientos, de falta de seguridad personal tanto para los médicos como para sus pacientes, de horarios y frecuencia de atención que ya no existe más. Pero para poder realizar una efectiva contraloría social, desde las diversas y múltiples organizaciones sociales y populares, es necesario contar con la información veraz y oportuna acerca de su situación, emanada desde las instituciones. En este sentido, la reciente designación de Carlos Rotondaro como ministro de Salud es una oportunidad de revertir, en el área sanitaria, lo que ha sido una sistemática política de ausencia de datos públicos, tales como la no publicación de los boletines epidemiológicos semanales, lo cual es un incumplimiento de lo establecido en la Constitución.
El reconocimiento presidencial de la situación de Barrio Adentro lo dice todo acerca de los “numeritos de Provea”. Finalizamos recordando las propias palabras de Eleazar Díaz Rangel, al comienzo de su escrito de diciembre del 2008: “La verdad es norma irrenunciable en nuestra profesión, es norma ética universal de obligante cumplimiento, y estar presto a reconocer errores y rectificar complementa la norma que nos obliga a buscar y decir la verdad. Cuando se olvidan esos principios, se empieza a perder credibilidad”. (Correo del Caroní, 10.08.09)