Las motivaciones de José Jiménez para pedir un préstamo de 100 mil bolívares a Sidor eran varias, pero una prevalecía: no tenía dinero para comprarle los útiles escolares y el uniforme a su nieto.
A pesar de que el préstamo lo solicitó hace tres meses, este lunes, cuando su nieto (cuya tutela tiene pues el padre, hijo del huelguista, falleció hace un año) empezaba las clases, no había respuesta. Eso lo llevó a comenzar una huelga de hambre en frente de la oficina de Recursos Humanos de la acería.
“Lo primero que solicité fueron 100 mil bolívares para liberar una hipoteca y para comprar los útiles escolares, pero me dijeron que sólo iban a darme 50 mil. Los acepté y me quedé esperando hasta hoy, cuando decidí comenzar la huelga”, explicó.
En la puerta de la oficina de Recursos Humanos, Jiménez escribió con pintura blanca una frase: mi niño quiere ir a la escuela. Tenía un megáfono, una bandera de Venezuela y un caballito de San Juan de su nieto. Así comenzó la huelga de hambre… que duró tres horas.
Amenazado
Jiménez denunció que el director de la oficina, José Ascanio, pateó el megáfono y lo amenazó con suspenderlo durante 15 días.
“Después, funcionarios de la Guardia Nacional me llevaron hasta el puesto que está en la empresa a declarar. Me amenazaron con suspenderme dos semanas”, relató.
Hasta ahora, no hay una certeza acerca de la suspensión. Sin embargo, aseguró que, de concretarse, comenzará una huelga de hambre en el portón III.
“Hay grandes excesos que apuntan a que nos callemos, pero el movimiento siderúrgico tiene que enterarse de lo que está ocurriendo, y es importante que se sepa que no nos vamos a callar”, añadió el también integrante de la Unidad Matancera.
