¿Nuevas? ¿Qué tienen de nuevas aparte del largo discurso presidencial con que fueron presentadas? Más de cinco horas le tomó a Maduro informar sobre tres o cuatro medidas, tomadas para aumentar los bolívares que recibe el Gobierno y mejorar su situación fiscal. ¿De dónde vienen estos bolívares? Pues nada más y nada menos que del bolsillo de todos los venezolanos de a pie. Exactamente igual a cualquier propuesta neoliberal, que coloca sobre los hombros de la gente las atrocidades económicas y corrupción de quienes controlan el Estado. ¿Es éste el socialismo del siglo XXI? Pues se parece mucho, demasiado quizás, al capitalismo venezolano decadente del siglo XX, el mismo que Carlos Andrés Pérez quiso corregir, luego de una debacle similar a la actual en su forma y sus causas, con el paquete económico neoliberal que llevó a la explosión social del 27 de febrero de 1989 y, supuestamente, al golpe de Chávez.
El incremento del precio de la gasolina no va a producir dólares; pese a que Maduro habló de la necesidad de generar divisas, sólo elevará los bolívares que el Gobierno recibirá. ¿Y quiénes pagarán este aumento? Pues el pueblo: quienes tengan autos y motocicletas, quienes manejen vehículos para el transporte urbano e interurbano y conduzcan transportes de carga, entre ellos el de los alimentos. De estos bolsillos, en forma directa, provendrán los nuevos montos de bolívares, que el Gobierno usará en demagogia politiquera y clientelismo. Y de manera indirecta pagará el pueblo que utiliza el transporte público ante el incremento de los pasajes. Otro tanto ocurrirá con la gente común, que pagará más cara la comida y los servicios. Todo ello sólo generará mayor inflación y escasez, mayor miseria y desigualdad.
La otra “gran medida” fue la de elevar el dólar de 6,30 a diez bolívares y dejar fluctuar libremente, de acuerdo al mercado, el dólar de 200 bolívares. De nuevo, es una medida que aumentará la disponibilidad de bolívares para el Gobierno y elevará también el costo de la vida; nada que ver con la urgente necesidad de divisas de nuestra economía. No habló Maduro, lo ocultó, lo escondió, de los planes para hipotecar los yacimientos no comprometidos de la Faja del Orinoco, que generarían unos 200 mil millones de dólares, y las reservas de oro del país, que aportarían otros cien mil millones. No dijo nada de la empresa militar fundada recientemente, con la que quieren manejar esta inmensa fortuna de la nación, que no del Gobierno ni mucho menos de los militares.
¿Y el aumento salarial? Muy pero muy por debajo de los incrementos señalados. Por otra parte, haciendo gala de un pensamiento mágico mayor que el de Chávez, Maduro habló de que estamos en el momento de las exportaciones por la empresa privada, para generar divisas. ¡Imagínense! No se produce lo que requiere el país pero ahora vamos a exportar. ¿Locura, ignorancia, engaño?. (Publicado en Run Runes)