La ONU ha llamado a alarma sobre el agua. Cada 15 segundos perece un niño por consumir agua dañina. Estas muertes, declaró el secretario general de la ONU Ban Ki-moon, «son una afrenta a la humanidad». A pesar de las posibilidades que abren las nuevas tecnologías, la inequidad, la contaminación y el no consumo sustentable del agua crean carencias agudas.
Se estima que 900 millones de personas no tienen agua potable, y 2.600 millones no tienen una instalación sanitaria adecuada. El 17% de la población mundial no tiene inodoros ni letrinas.
Según la Organización Mundial de la Salud 1.800.000 niños de menos de cinco años mueren anualmente por diarrea. Las causas principales son agua en mal estado, sanitarios inadecuados e higiene pobre. El 50% de la desnutrición esta vinculada con diarreas repetidas o infecciones intestinales. La desnutrición se halla tras el 35% de las muertes mundiales de niños.
La mitad de todas las camas de hospital del mundo están ocupadas por quienes sufren de enfermedades ligadas a agua contaminada. Más gente muere por ella que como resultado de todas las formas de violencia, incluidas las guerras.
Las enfermedades «del agua» y la falta de instalaciones sanitarias son la causa del 80% de las enfermedades en los países en desarrollo. Entre ellas incide en la fiebre tifoidea 200.000 muertes anuales, el cólera 120.000, el rotavirus 500.000, la disentería bacilar 600.000. Las agudas desigualdades juegan un gran rol. Un niño que nace en un país desarrollado consume entre 30 y 50 veces más agua que un niño de un país en vías de desarrollo.
La contaminación tiene un importante papel. Cada día se lanzan a las aguas de ríos y océanos 2 millones de toneladas de residuos de alcantarillados, y desechos industriales y agrícolas. Ello desequilibra el hábitat submarino. En las tres décadas finales del siglo XX, el número de especies que viven en aguas de ríos, lagos y subterráneos, se redujo un 50%. El 70% de los desechos industriales de los países desarrollados se vierten a las fuentes de agua sin tratamiento y contaminan el agua potable.
América Latina es privilegiada en aguas limpias con 1/3 de todas las existentes pero a pesar de los avances, 50 millones de personas no tienen agua potable y 119 millones no tienen acceso a instalaciones sanitarias; influyen sus altos niveles de desigualdad, el excesivo uso de agua para cultivos, las insuficiencias de inversiones y los patrones de consumo. Un estudio del Instituto Nacional de Irrigación del Brasil dice: «En todos los sectores de la economía el agua es muy utilizada en particular en la irrigación donde es muy grande el desperdicio. Se gasta mucha agua para producir poco». Bien conocidas son las dificultades agudas que afrontan diversos países de la región. El agua debería ser lo primero en las prioridades.
Se están haciendo en diversas capitales maratones de 6 horas, para llamar la atención sobre las 6 horas promedio que los niños deben usar en países en desarrollo para traer un poco de agua a sus hogares. Las soluciones urgen.
Bernardo Kliksberg
Asesor principal de la dirección regional de onu/pnud para américa latina