Agudización de la escasez de alimentos y medicinas; mayor restricción en la prestación de servicios básicos: electricidad, agua, transporte, salud, educación; cierre de empresas nacionales y extranjeras, con el consecuente y creciente desempleo; acoso de bandas y el desplazamiento de poblaciones en distintos barrios, pueblos, regiones; luchas y pugnas entre sectores policiales, militares y crimen organizado; saqueos, protestas, linchamientos; corrupción, violencia, inseguridad, impunidad, violación permanente de los derechos humanos e irrespeto a nuestra constitución y a sus ciudadanos por entes y voceros gubernamentales. En fin, Venezuela hecha crisis, caos, anomía, anarquía. El país sacudido en sus cimientos éticos, sociales, económicos, políticos, culturales.
Sufrimiento, indignación y demanda de la población venezolana frente al silencio, indiferencia, cinismo y complicidad de las autoridades, mientras se avizoran los riesgos de una conmoción social y la escalada violenta del conflicto político que lleva más de 17 años en marcha.
Venezuela situada y sitiada, en medio de una crisis institucional, económica, política, social, humanitaria, donde no se vislumbran posibilidades de mediación, entendimiento y garantías de acuerdos entre los dos bloques y fuerzas políticas de gobierno y oposición, que garanticen una transición y profundización democrática con la participación de mayorías y minorías.
La urgente solución a estos graves problemas, exige como condición ética del cambio, la participación de toda la sociedad en un proyecto nacional inclusivo que construya un futuro compartido. Esta convicción de los venezolanos, quienes buscamos resolver nuestra actual y grave crisis de una manera pacífica y democrática, requiere ciertas condiciones, sobre las que hay que insistir:
Definir estrategias y acciones pacíficas conjuntas de partidos, organizaciones políticas y sociales para exigir al CNE el cumplimiento de requerimientos y plazos para adelantar el Referendo revocatorio presidencial. Dicho referendo revocatorio puede contribuir a la construcción de la paz sólo si su resultado no se interpreta como la eliminación del otro, sino como un paso hacia el necesario respeto y coexistencia de la diversidad política.
Demandar al CNE una actuación imparcial, diligente y transparente ante este referendo revocatorio y próximas elecciones de gobernadores, no sólo porque la Constitución así lo establece, sino porque lo que está en juego no
es sólo el triunfo o la derrota de una u otra opción sino la paz y el futuro de convivencia democrática de los venezolanos.
Exigir a la presidencia de la República, al Gobierno nacional asumir su responsabilidad ante la grave crisis nacional, antes que recurrir al uso de la represión, amenaza, insulto, a la mentira institucionalizada o incentivar el odio social.
Reclamar la autonomía de los Poderes Públicos, quienes están llamados a cumplir y hacer cumplir las leyes, investigar y sancionar las violaciones de derechos humanos, promover políticas dirigidas a disminuir los altos índices de impunidad y velar por el cumplimiento estricto de la Constitución.
Exigir al Sistema Nacional de Medios públicos, a medios de comunicación privados y comunitarios a moderar el mensaje polarizador y a contribuir con la construcción social y política de espacios de diálogo y debate, al manejo constructivo, pacífico y democrático de las diferencias, a la par de transformar el discurso que exalta la retaliación, venganza, impotencia o victimismo.
Atender el impacto de la violencia, incentivando o acompañando iniciativas sobre memoria, justicia, prevención y reparación social.
Crear, consolidar y fortalecer organizaciones y redes sociales que propicien espacios plurales de debate público, donde se generen propuestas de solución a los graves problemas socio-económicos y políticos que confronta el país.
Incentivar entendimientos y acuerdos entre sectores y actores políticos hoy enfrentados, con el apoyo de interlocutores y entes nacionales, regionales e internacionales: OEA, ONU, UNASUR, UE, representantes de la Iglesia, entre otros.
En esta dirección seguiremos atentos, propiciando acciones, construyendo, convocando y convocándonos.
AQUÍ CABEMOS TODOS EN PAZ Y DEMOCRACIA
Arnaldo Esté, Alberto Lovera, Ignacio Avalos, José María Cadenas, José Virtuoso, s.j., Luis Lander, Luz Mely Reyes, Margarita López Maya, María Teresa Urreiztieta, Mireya Lozada.
Mayo 2016
La adhesión personal o institucional, puede enviarse a: [email protected]