En el conversatorio también participaron los magísteres Fernando Carías y Ana Mercedes Figueroa Wilmer González.
Las alertas ecológicas y sociales por el avance del Arco Minero del Orinoco, la nueva estrategia del Estado para organizar y reimpulsar la minería en el sur del país, pasan desapercibidas por el auge noticioso de los saqueos de comida diarios, la presión política ante un referendo revocatorio y la inseguridad.
Pero el Arco Minero del Orinoco es un hecho al que se oponen las comunidades indígenas y ciudadanos ubicados en los 111 mil kilómetros cuadrados de los estados Bolívar y Amazonas en donde se instalarán 150 empresas mineras transnacionales para explotar oro, diamante, coltán, bauxita y demás recursos del subsuelo venezolano.
Ante ello, el Centro de Estudios Amazónicos de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) extensión Guayana, organizó un ciclo de conversatorios llamados Visión de la Amazonia desde el campus, cuya segunda entrega incluyó, este viernes en la mañana, al rector de la Universidad Nacional Experimental Indígena del Tauca, el antropólogo Esteban Emilio Monsonyi, quien además es activista por los derechos de las comunidades aborígenes venezolanas.
Danny Franco, organizador de la actividad y miembro del Centro de Estudios Amazónicos de la UCAB Guayana, indicó que “pretendemos crear el espacio de discusión sobre el espacio amazónico y ahora sobre el Arco Minero, no solo por el impacto ambiental, que es nefasto, sino por todo lo que implica la no consulta y el atropellamiento de los pueblos indígenas y su cultura”.
En el conversatorio de este viernes, realizado en la sala de usos múltiples de la universidad y que contó con poca asistencia del estudiantado.
También participaron el magister Fernando Carías, quien expuso sobre las Tecnologías de la información y la comunicación en el desarrollo de los pueblos indígenas, y la magíster Ana Mercedes Figueroa, acerca de la Educación intercultural bilingüe.
Riesgo de desplazamiento indígena
Monsonyi expuso sobre El Arco Minero y el impacto en la vida de los pueblos indígenas, refiriendo con preocupación que “somos el primer país con un proyecto mega minero, sin ningún tipo de consulta a sus ciudadanos, mucho menos a las comunidades indígenas”, sobre la explotación que, según él y otros expertos en materia ambiental, representa un enorme daño a los ecosistemas más vulnerables del planeta como la Gran Sabana y la Amazonía.
El Estado venezolano presenta el plan minero como el salvamento a la crisis económica nacional por la caída de los precios del petróleo, tras años de olvidar la riqueza minera del país y permitir que las bandas armadas avanzaran a sus anchas en este terreno.
Además, Monsonyi recordó que el Gobierno está en deuda con las comunidades indígenas por no consultarles sobre el proyecto ni demarcar las tierras correspondientes a cada asentamiento aborigen dentro del plan minero, por lo que el mismo significará “desplazamiento, marginación y asfixia social” para las etnias Yekwana, Pemón, Kariña, entre otras.
“Se perfila una resistencia fuerte de las comunidades indígenas”, alertó Monsonyi, quien compartió con la audiencia un comunicado escrito de la etnia Yekwana, en donde se oponen al desarrollo del Arco Minero del Orinoco dentro de sus tierras, por violar –además- convenios internacionales en el área económica y ambiental que ha suscrito Venezuela.
Atentado a reservas de agua
La cuenca del río Orinoco en esta zona, conocida como la Orinoquía, “está encerrada, ahora, en una enorme tenaza minera, el río está condenado a muerte, prácticamente”, con el nuevo plan minero, por lo que Monsonyi alertó sobre las posteriores consecuencias a las comunidades pues es “la primera y principal surtidora de agua dulce”, para sus pobladores.
Preocupado por la presencia de empresas “de mala fama” en el Arco Minero del Orinoco, el rector de la Universidad del Tauca prosiguió con que además del riesgo de desplazamiento de la población indígena que el Gobierno se jacta de proteger, también se incurrirá en una deforestación sin precedentes que cambiará sobremanera el equilibrio de los ecosistemas mencionados.
Como representante de esta casa de estudios, Monsonyi propuso como proyectos económicos para el país los conocimientos indígenas en cuanto a agricultura sustentable “amistosos con el ambiente. Podemos obtener mucho de la selva, con la pequeña industria y las artes manuales en las que los indígenas son muy buenos. Como rector ofrezco eso, combinado con el eco turismo y el turismo cultural. Eso produce más (dinero) que la minería devastadora que nos quieren imponer”.
En su opinión, pasarán muchos años antes que Venezuela perciba las ganancias producto del proyecto minero, mientras que la devastación ambiental será inmediata y permanente.
La discusión sobre este y otros temas seguirá en el siguiente foro de la UCAB Guayana, Guayana Sustentable, que será el próximo 2 de junio.
Correo del Caroní