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Con el transcurrir de los meses crecen las colas de personas en los alrededores de los establecimientos que venden alimentos y productos de higiene personal y limpieza del hogar.

La escasez se hace cada vez más latente en una Venezuela sin liquidez y con un aparato productivo disminuido por restricciones gubernamentales.

Las interminables colas son la expresión cotidiana del venezolano que debe acudir, según el último número de cédula, a los locales con la intención de comprar productos subsidiados, que fuera de los canales formales, tienen sobreprecio que superan 1.000%.

El sistema de compra detecta -a través de la máquinas captahuellas- si un consumidor intenta comprar el mismo producto más de una vez en los establecimientos conectados en el Sistema de Abastecimiento Seguro dispuesto por el gobierno.

Pero los niveles críticos de escasez llevan a un consumidor a hacer dos veces la cola en un mismo establecimiento cuando esperan productos diferentes en la misma fecha.

“Si no es así no se compra. Yo tengo dos meses esperando por una bolsa de esas (solidaria) y no me ha llegado nada”, dijo una residente de Carapita, al suroeste de Caracas, que hacía la cola en el Central Madereinse de El Paraíso.

Para administrar los pocos alimentos de los que dispone la economía, el gobierno creó hace dos meses un mecanismo de distribución de alimentos casa por casa, que está a cargo de los Comité Locales de Abastecimiento y Producción.

La venta de bolsas ha sido criticado hasta por los beneficiarios por ser un sistema irregular y engañoso. La consumidora a las afueras del CM, dijo a El Estímulo que tiene conocidos que sí han podido comprarla y que los productos y la cantidad es irregular cada vez que llega.

Se pudo conocer que una de las bolsas entregadas en ese sector contenía dos kilos de arroz, dos kilos de harina de maíz precocida, dos kilos de pasta y un kilo de leche en polvo, todo por menos de mil bolívares y para duración de un mes.

En Cotiza, al norte de la capital, las bolsas contenían tres kilos de harina, uno de leche, uno de caraotas, dos kilos de sal y dos kilos de pasta a un precio de Bs 3.500.

El Ejecutivo se empeña en dar respuesta a la consecuencia en lugar de atacar la causa que es la escasez.

Consecomercio ha señalado que la entrega de productos se hace de manera discrecional, en tanto que la Cámara de Industria y Comercio de Caracas, ha advertido que el gobierno no tiene la capacidad logística de distribución para hacerle llegar alimentos de manera directa a la mayor parte de la población.

Aunque los CLAP tienen mayor presencia en Caracas, en la otrora sucursal del cielo las colas aumentan con el paso de los días y de la escasez.

Sin embargo, 79% de la población no se ha beneficiado aún de las bolsas vendidas por el gobierno, de acuerdo con un reciente sondeo de la encuestadora Hinterlaces.

El gobierno se planteó asegurar el abastecimiento directo a los estratos más bajos de la población, no obstante no llega a todo su público objetivo ni con la frecuencia esperada por los consumidores. Se entrega por familia independientemente del número de miembros, la cantidad y el precio varían y hay quienes afirman que no reciben la bolsa por vivir solos.

Consumidores consultados por El Estímulo a las afueras del supermercado en El Paraíso, manifestaron que a pesar de los CLAP, deben hacer las colas para poder garantizar la comida a sus familias. Incluso, hacen dos veces la cola en el mismo establecimiento para poder adquirir los productos que llegan después de la primera compra.

Alrededor de 15 personas, luego de comprar harina P.A.N en el Central Madeirense, volvieron a hacer la cola a la espera de otros productos regulados. “Yo hice esto la semana pasada. Primero compré pasta y luego pude comprar mantequilla, pasta dental y desodorante”, afirmó una usuaria que agregó que los camiones no llegan al mismo tiempo y por eso deben volver a hacer la cola. Igual ocurre en el supermercado Unicasa, ubicado en El Paraíso.

Las enormes colas en Makro de La Yaguara, que el año pasado se vio obligado a suspender los pases que se entregaban a cualquier persona por un día, se mantienen como siempre.

Voceros gubernamentales han señalado que 70% de los productos subsidiados se destinarán a los CLAP y mientras aseguran que su distribución se hará a través de los comités locales de abastecimiento y de las cadenas de supermercados, en Caracas, el jefe del Distrito Capital, Daniel Aponte, desvía del centro de acopio de DíaDía toda la mercancía subsidiada para ser expendida por el nuevo sistema de distribución oficial.

El Estímulo

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