Olimpiadas 2016

Río de Janeiro que fue la capital de Brasil hasta 1960 es hoy la capital del deporte mundial al ser la sede de la XXXI Olimpiada. La inauguración que pudieron ver más de 800 millones de personas en el mundo tuvo un mensaje ecológico muy valioso. La exhortación a gobiernos y pueblos de la necesidad de cuidar el planeta, conservar la naturaleza, evitar la contaminación y unir voluntades para mejorar el medio ambiente.

El mismo día que deportistas de 205 países del mundo mostraban con orgullo las banderas de sus países, ese mismo día el presidente Nicolás Maduro suscribía acuerdos con empresas internacionales para facilitarles exploten el suelo y subsuelo venezolano para extraer minerales a costa de nuestra vegetación, ríos, existencia de los pueblos indígenas, hipotecando el presente y el futuro de las generaciones. Se entrega así a capital extranjero con el megaproyecto del Arco Minero la explotación de más de 111.843 km2, el equivalente a mucho más kilómetros que la República de Portugal o dos veces el territorio de Costa Rica.

Mientras las olimpiadas avanzan en sus 42 modalidades deportivas en Venezuela se desarrolla a su vez dicho proyecto minero que significa todo lo contrario al mensaje de la inauguración de las olimpiadas. En Río se resaltó la importancia de cuidar la naturaleza, el proyecto Arco Minero del Orinoco (AMO) es la destrucción de la naturaleza.

Mientras en el mundo el mensaje de Río generaba reflexión sobre la manera como la humanidad ha venido maltratando la naturaleza y los riesgos de seguir en ese empeño, en Venezuela el gobierno celebraba que empresas extranjeras obtengan miles de millones de dólares a costa del bienestar del pueblo venezolano y la ampliación de la degradación de nuestros bosques al norte del estado Bolívar y extensos territorios en Amazonas y Delta Amacuro.

En un pronunciamiento suscrito hace pocos días por 14 organizaciones indígenas, respaldadas por 55 organizaciones sociales se expresa:

“La decisión de crear el AMO se realiza incumpliendo las obligaciones constitucionales de realizar estudios de impacto ambiental y sociocultural en las actividades susceptibles de generar daños a los ecosistemas (artículo 129) así como consultar de manera previa, libre e informada a los pueblos originarios cuando se aprovechen recursos naturales en hábitats indígenas (artículo 120 CRBV y artículo 7 Convenio 169 de la OIT). Dentro del territorio decretado como AMO, en el estado Bolívar, habitan los pueblos Mapoyo, Eñepá, Kariña, Arawak, Akawako, Yekwana, Sanema y Pemón, cuyos modos de vida serían afectados irreversiblemente por la actividad minera. Así como a los pueblos y comunidades indígenas fronterizas y aledañas al AMO ubicadas en el estado Amazonas y Delta Amacuro. No puede continuar promoviéndose este proyecto sin cumplir los requisitos constitucionales, especialmente la realización de procesos de consulta previa, libre e informada, como lo establecen los estándares internacionales de derechos humanos, con las comunidades y pueblos cuyo modo de vida será afectado por la actividad minera”

Cuando las olimpiadas finalicen el 21 de agosto muchos deportistas regresaran felices de haber conquistado medallas de oro que es uno de los minerales que será explotado en el Arco Minero. Finalizadas las olimpiadas, en el sur de Venezuela continuará la lucha de los pueblos indígenas por la defensa de sus territorios y exigiendo el derecho a la consulta previa la cual debe ser formal, plena, de buena fe y basada en el entendimiento. Debe estar libre de coerción, intimidación y manipulación.

El mensaje ecológico de las olimpiadas de Río lo comprenden muy bien nuestros pueblos originarios, lamentablemente no un gobierno que forma parte del grupo de gobiernos que de palabra afirman preocuparse por el ambiente, pero en los hechos realizan todo lo contrario: alientan los delitos ambientales.

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