Dirigentes sindicales del sector aluminio expresaron su preocupación por la ralentización de la discusión del contrato colectivo único, que fueron reanudadas el martes luego de tres semanas suspendidas.
Ramón Espino, secretario general del Sindicato Único de Trabajadores de CVG Carbonorca (Sutracarbonorca), enunció que la reunión del jueves fue suspendida por falta de representación de CVG Alcasa, una de las empresas que discute contrato, por lo que no pudieron discutir nuevas cláusulas para llegar a las 110 cláusulas aprobadas que esperaban.
“Hay 12 cláusulas claves que reposan en el Ministerio de Industrias Básicas, que son las que se refieren al tabulador, vacaciones, utilidades y otros conceptos salariales (…) Pedimos a los nuevos presidentes de las empresas, especialmente al compañero Ángel Marcano (presidente de Alcasa), a que se sumen a este proceso de discusión”, emplazó.
El dirigente sindical mencionó la existencia de actores gubernamentales que no quieren discutir la contratación colectiva; sin embargo, reiteró que los derechos de los trabajadores priman sobre cualquier factor.
Los próximos martes y jueves se reunirán con los nuevos presidentes en la sala de presidencia de CVG Bauxilum, a saber: Ángel Marcano por Alcasa, y Leslie Turmero por CVG Bauxilum. El objetivo, dijo, es mantener en buenos términos el diálogo sobre el contrato único del sector aluminio.
Producción con inversión
Diego Castro, secretario general del Sindicato de Trabajadores de CVG Alcasa (Sintralcasa), manifestó que, a pesar de las condiciones en las que se encuentran las empresas de Guayana (menos del 20 por ciento de su capacidad instalada), el contrato colectivo puede ser viable si se hace un esfuerzo, dadas las necesidades de la masa obrera de un aumento salarial.
Según el ministro de Industrias Básicas, Juan Arias, la producción de las factorías no es suficiente como para cubrir las disposiciones del documento, a pesar de haber sentado un plazo máximo de dos meses para su aprobación en el sector aluminio.
“Para que haya producción, debe haber inversión gubernamental. Necesitamos de recursos y materiales (…) Hemos considerado hacer planes de inversión con el sector privado y se le ha planteado al ministro, solo es cuestión de recibir la aprobación”, expuso.
Durante el acto de lanzamiento del motor N° 15 de Industrias Básicas y Socialistas, el presidente Nicolás Maduro no hizo mención de posibles inversiones para las empresas, ni del futuro de los contratos colectivos.
“Si nos dicen que si no hay producción, no hay aumento, entonces estamos fritos”, puntualizó Castro.
La negociación del contrato colectivo del sector aluminio comenzó en enero de 2016. En 2013, y tras una mora de seis años, los sindicatos de la industria firmaron acuerdos -una especie de sustitución de las convenciones- que jamás fueron homologados.
Lo hicieron bajo la tesis de que se trataba de un acuerdo político, que la dirigencia no podía rechazar. Tras vencerse los acuerdos, los dirigentes también recuerdan los planes de inversión que quedaron sobre la mesa con el objetivo de generar nuevas fuentes de empleo.
El nuevo contrato único ampararía a más de 20 mil trabajadores de las compañías Bauxilum, Alcasa, Carbonorca y Venalum, más las empresas transformadoras.
Correo del Caroní